EN BUENAS MANOS

La realidad virtual reduce el dolor y la ansiedad en pacientes oncohematológicos y pediátricos

Tal y como recoge la FJD, la implementación de esta tecnología en los cuatro hospitales públicos gestionados por Quirónsalud en la Comunidad de Madrid es ya una realidad, y en este caso no virtual, para los dos citados grupos de pacientes: los oncohematológicos y los más pequeños de la casa.

ondacero.es

Madrid | 08.04.2019 13:41

Con el objetivo de ayudar a gestionar y sobrellevar mejor estas situaciones, la Fundación Jiménez Díaz y los hospitales universitarios Infanta Elena (Valdemoro), Rey Juan Carlos (Móstoles) y General de Villalba han dado un nuevo paso en su Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria recurriendo a una ya vieja amiga en otros ámbitos que promete grandes beneficios en el hospitalario: la realidad virtual.

Tal y como recoge la FJD, la implementación de esta tecnología en los cuatro hospitales públicos gestionados por Quirónsalud en la Comunidad de Madrid es ya una realidad, y en este caso no virtual, para los dos citados grupos de pacientes: los oncohematológicos y los más pequeños de la casa.

Concretamente, en los primeros logra mejorar su estado de ánimo durante su tratamiento en el hospital de día o en la unidad de diálisis mediante la generación de una sensación de “distracción” y “relax”, mientras que, en los menores, su uso logra disminuir la percepción del dolor y ansiedad e induce a un estado de relajación durante la realización de técnicas invasivas o tratamientos, al tiempo que favorece una mayor tranquilidad en los familiares.

Para ello, los usuarios podrán acceder de diferentes aplicaciones, según sus edades y preferencias: visitar ese país al que nunca has ido, hacer una expedición por tierras africanas y disfrutar de entornos de relajación. Conocer y disfrutar de esta nueva técnica de realidad virtual sólo requiere solicitarla a la enfermera responsable en el Hospital de Día, Diálisis, los servicios pediátricos (Urgencias, Hospital de Día y extracciones) o durante la realización de pruebas diagnósticas.

Esta iniciativa de humanización de la asistencia sanitaria repercute no sólo en beneficios para el paciente, que se traducen en más calma, mayor relajación durante el tratamiento o la técnica invasiva, distinta percepción del tiempo y menor percepción del dolor, sino que también supone para los profesionales médicos una mayor satisfacción sabiendo que el paciente mejora su percepción de ambos parámetros.