La presión arterial, el
colesterol o el tabaquismo, entre otros factores, pueden aumentar el riesgo de
sufrir un aneurisma; una dilatación de las arterias que se produce por un fallo
en la pared del vaso sanguíneo y que constituye una de las manifestaciones más
comunes de la enfermedad arterial.
El Dr. Pablo Gallo González,
Jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber
Internacional y Director de la Unidad de Patología Vascular, me comenta que
pueden producirse en cualquier parte del cuerpo: el cerebro, detrás de la
rodilla, el intestino, el brazo o en la aorta torácica. Pero sin duda el más
frecuente, hasta en un 80 por ciento de los casos, es el aneurisma en la aorta
abdominal.
Los síntomas dependen del
lugar en el que se encuentra el aneurisma. Si se presenta cerca de la
superficie del cuerpo, se observa dolor e hinchazón con una protuberancia
pulsátil pero, cuando no son detectables a simple vista, “el problema es que
normalmente no produce síntomas, por lo que suele diagnosticarse de manera
casual al realizar pruebas médicas por otros motivos", destaca el Dr.
Gallo.
Los exámenes para diagnosticar
un aneurisma incluyen la tomografía computarizada (TC), la angiografía por TC,
el ultrasonido o la angiografía, entre otros.
En cuanto al perfil del
paciente, afecta más a mayores de 65 años, hombres y a personas fumadoras, en
las que aumenta el riesgo de que el aneurisma se rompa. Y aunque ahora es más
frecuente el tratamiento endovascular, existen casos en los que la única opción
es la tradicional cirugía por vía abierta.
Seguir hábitos saludables como
una buena dieta o realizar ejercicio físico, son algunos de los consejos a
seguir para prevenir el aneurisma. Seguro.