Los veterinarios de Asturias piden que los envíen a reforzar los centros geriátricos, de discapacitados y educativos al igual que en Castilla y León
El Sindicato Veterinario Profesional de Asturias pide reforzar la supervisión sanitaria en estos centros sensibles para evitar que actúen como amplificadores de los contagios y prevenir infecciones entre personas de alto riesgo.
El Sindicato Veterinario Profesional de Asturias ha registrado oficialmente el pasado viernes día 13 una petición al Consejero de Sanidad y al Director General de Salud Pública para que el Principado siga el ejemplo de Castilla y León y organice de forma urgente al Cuerpo Veterinario de la Administración para hacer una supervisión profunda y completa de las medidas sanitarias frente a la COVID-19 en todas las residencias geriátricas, centros de discapacitados y centros educativos.
Esta petición para los geriátricos y residencias de mayores ya se había cursado el 20 de marzo al Ministerio de Sanidad por parte de la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (FESVET), a la cual pertenece SIVEPA, y por parte del sindicato veterinario de Asturias el día 23 de marzo también a la Dirección General de Salud Pública del Principado. En aquella ocasión se hizo caso omiso, con las fatales consecuencias que todos conocemos para los residentes de este tipo de establecimientos. Sin embargo, en la comunidad de Castilla y León parecen haber aprendido la lección y en esta segunda ola han llevado a cabo estos controles por parte de los veterinarios de Salud Pública, habiendo detectado debilidades sanitarias en la protección frente a la transmisión de la zoonosis COVID-19 en nada menos que dos tercios de los establecimientos. Gracias a esta actuación rápida y coordinada de estos facultativos, y a su enorme experiencia y conocimientos en el control de la transmisión ambiental de las enfermedades infecciosas, estas debilidades se han corregido y se han reforzado las medidas de prevención para evitar la aparición de brotes y para que, si aparecen, afecten al menor número de personas posible.
Situación crítica en Asturias
La crítica situación de Asturias y el alto número de brotes y afectados en este tipo de establecimientos, y otros como los centros educativos, requiere acciones contundentes y rápidas de los inspectores de Salud Pública. Los facultativos veterinarios son los sanitarios con mayor experiencia y preparación académica en el control de enfermedades infecciosas en colectividades, no en vano, estos veterinarios de Salud Pública son los que de ordinario aplican, asesoran y controlan los protocolos sanitarios de múltiples establecimientos, actividades y sectores, en aspectos tan importantes y complicados como los de la seguridad alimentaria o el control de enfermedades zoonósicas; sin que los colegios o las residencias de mayores hayan sido hasta ahora excepción alguna.
Sin embargo, pese a que las medidas de protección de la salud a nivel de calle son cruciales para el control de la pandemia, hasta el momento sólo se han puesto trabas a su trabajo. Han sufrido sinsentidos como que al principio de la pandemia se les confinara durante 15 días tal y como si NO fueran sanitarios, que se les aumentara la burocracia en sus actuaciones mermando su eficiencia, o que, por ejemplo, cuando más falta hacía la prevención sanitaria en las residencias de mayores, se les dieran instrucciones de no visitarlas bajo ningún concepto, mientras, paradójicamente, en otras comunidades se les ordenaba lo contrario para instaurar medidas sanitarias de urgencia.
Medidas en manos de personal sin formación sanitaria
Para mayor impotencia e incomprensión de estos facultativos, actualmente la supervisión de las medidas sanitarias de los centros educativos, en lugar de estar bajo su control, se ha derivado a los inspectores de educación, que ninguna competencia ni formación tienen en sanidad, con lo que difícilmente podrán detectar y corregir las debilidades que presenten. Por otra parte, en las residencias de mayores, y en los contados casos que algún otro sanitario ha supervisado medidas sanitarias de centros educativos, lo ha hecho personal que carece de la experiencia que tienen los inspectores de Salud Pública en este tipo de controles, y además con titulaciones que NO contemplan formación en cuestiones como inmunología, microbiología, enfermedades infecciosas, enfermedades zoonósicas, etc., que son conocimientos básicos y fundamentales para este tipo de prevención, y que los veterinarios de Salud Pública poseen en alto grado; todo ello con el agravante de que, además, eran profesionales asistenciales, de los que hay una acusada carencia en los hospitales y centros de salud.
El sindicato afirma que existen importantes debilidades en la supervisión de las medidas sanitarias de protección de la salud en los centros educativos, de mayores y de discapacitados del Principado, que el personal veterinario de Salud Pública es el indicado y competente para subsanarlas, que son sanitarios de altísima cualificación, que al utilizarlos no se merma la capacidad de la parte asistencial y de los que ya han podido comprobar su eficacia en este tipo de tareas en la vecina comunidad de Castilla y León.
Por todo ello, esperan que el Gobierno del Principado reaccione, les escuche y empiece a utilizar este potente recurso sanitario con eficiencia y acierto.