Este informe es el primer estudio de este tipo y concluye que los migrantes y refugiados en Europa tienen más probabilidades de enfermar, especialmente cuando se encuentran en fase de transición o a la espera de recibir los permisos de estancia definitivos.
Según este informe de la OMS, es habitual que aquellos que han tenido que salir, por cualquier motivo, de sus países de origen sufran más enfermedades mentales -depresión o ansiedad- que los nacidos en Europa.
Cuando llegan los inmigrantes, presentan una menor tasa de enfermedades no contagiosas, pero si las condiciones de pobreza se prolongan, aumenta el riesgo de que padezcan enfermedades cardiovasculares o cáncer.
Además, pone también el foco en los menores no acompañados advirtiendo de que corren más riesgo de sufrir abusos sexuales.