Los hechos sucedieron ayer, sobre las 21:30 horas, cuando un agente de la Policía fuera de servicio observó que la niña estaba sola y llorando, por lo que se solicitó que, a través de los servicios de megafonía de la superficie comercial, dieran aviso a sus familiares.
Después de esperar más de quince minutos sin que se personara nadie, alertó a sus compañeros del 091 que procedieron a la apertura del coche para asistir a la menor que se encontraba en buen estado.
No obstante, fue requerida la presencia de los servicios sanitarios para que realizasen una exploración más exhaustiva de la pequeña que decidieron trasladarla a un centro hospitalario para la realización de una valoración general.
A las 22:30 horas se personó en el aparcamiento una mujer que dijo ser la abuela de la niña quien manifestó que la había llamado su hijo porque había visto a la policía alrededor de su coche y no se había atrevido a acercarse para preguntar si le había pasado algo a su bebé, que había dejado dentro del coche mientras hacía unas compras.
El padre, con antecedentes por resistencia y desobediencia, fue localizado saliendo por la puerta trasera de un bar e intentó evitar su detención escondiéndose debajo de una furgoneta, aunque finalmente los policías lograron sacarlo bajo el vehículo.
En el cacheo de seguridad se le encontró un tique con compras realizadas a las 20:56 horas, por lo que no pudo justificar la tardanza en recoger a su hija.