De acuerdo con la fuente oficial británica, cuatro cazabombarderos Tornado despegaron de la base de Akrotiri, en Chipre, poco después de la votación. El Reino Unido utiliza desde 2014 esa base como centro de operaciones para sus ataques contra el EI en Irak, y mantiene allí a unos 860 militares y diversos cazas, entre ellos ocho Tornado GR4 y una aeronave Voyager de repostaje, así como drones Predator armados con misiles Hellfire.
El Gobierno británico ha avanzado que se prevé incrementar el número de cazas Tornado en la base chipriota y completar la flota de ataque con aeronaves Typhoon Eurofighter. Se espera que la RAF establezca la mayoría de sus objetivos en la zona de Al Raqa, principal bastión del EI, y en la región este de Siria cercana a la frontera con Irak.
El ministro de Exteriores, Philip Hammond, había avanzado el miércoles que los cazas británicos estaban preparados para lanzar "muy rápido" los primeros ataques en Siria. Tras un encendido debate parlamentario, los diputados aprobaron por 397 votos a favor y 223 en contra la intervención militar propuesta por el primer ministro, el conservador David Cameron, que contó con el apoyo de cerca de 70 diputados laboristas.
El líder del primer partido de la oposición, Jeremy Corbyn, contrario a los ataques, concedió libertad de voto a sus parlamentarios ante la división interna en la formación y la posibilidad de que algunos miembros de su equipo dimitieran en caso de verse obligados a apoyar la línea marcada por la dirección. Esta era la segunda ocasión en la que Cameron pedía permiso al Parlamento para atacar en Siria, después de que en agosto de 2013 la rebelión de 30 diputados "tories" le impidiera llevar adelante un plan para tratar de derrocar por la fuerza al régimen de Bachar al Asad.
El Reino Unido bombardea desde septiembre de 2014 al Estado Islámico en Irak, pero se ha limitado hasta ahora a colaborar con operaciones de inteligencia y logística en Siria. El avance de los yihadistas en la región y los ataques terroristas del 13 de noviembre en París que dejaron 130 muertos han contribuido, sin embargo, a que se haya fraguado una nueva mayoría en los Comunes en favor de una acción militar.