Fuentes médicas contactadas por Efe confirmaron "al menos cuatro muertos" en el ataque contra el Hotel Debo, en el barrio residencial de Sevaré, en la periferia de Mopti, situada en el centro del país y a más de 620 kilómetros de Bamako, la capital.
Otras fuentes hablan de entre siete y nueve muertos, en medio de una gran confusión y sin que el Gobierno haya dado ninguna información. La Misión de la ONU en Mali (Minusma) confirmó que uno de los fallecidos es uno de sus "cascos azules" y que otros dos pilotos de su misión han resultados heridos, mientras que fuentes oficiales en Mopti añadieron que entre los muertos hay "varios soldados" del Ejército maliense, así como al menos un muerto de los atacantes.
Este último tenía un cinturón explosivo que no pudo accionar porque fue abatido a la entrada del hotel, según una de las fuentes.
Desde Ucrania, el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país confirmó que un ciudadano ucraniano ha sido secuestrado, y ha subrayado que las autoridades están dando "pasos urgentes" en cooperación con sus socios internacionales para liberarlo.
Fuentes locales en Mopti dijeron que hay asimismo dos sudafricanos secuestrados junto al ucraniano, pero este extremo no ha sido oficialmente confirmado.
Tanto fuentes de seguridad como de la Minusma contactadas por Efe han asegurado que el ataque estaba dirigido a los "numerosos" ciudadanos extranjeros que se encontraban en el hotel y los albergues de alrededor.
Un grupo de desconocidos llegó al parecer discretamente durante la noche y atacó el hotel a primera hora de la mañana, causando momentos de pánico entre la población, lo que hizo que todos los comercios cerrasen sus puertas y los vecinos se atrincherasen en sus casas.
Las Fuerzas Armadas de Mali (FAMA), que tienen un campamento base en Sevaré, se desplegaron rápidamente hasta la zona del ataque, y junto a la Gendarmería se enfrentaron a tiros a los atacantes.
Cuando la situación se calmó, la FAMA registró todas las casas de la ciudad, mientras los ciudadanos permanecían en ellas sin salir a pesar de ser viernes, día en el que las calles están llenas de personas que acuden a la mezquita a rezar.
Mientras tanto, helicópteros de la Minusma y de la operación francesa "Barkhane" han sobrevolado la ciudad en busca de los atacantes, supuestamente yihadistas, aunque no hay todavía reivindicación de los hechos.
Fuentes policiales apuntan como posibles autores a los seguidores de Amadou Kouffa, un yihadista local próximo a los grupos Ansar al Din y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
Mopti se encuentra en la región de Mali fronteriza entre la zona más fértil del río Níger y los paisajes desérticos sahelianos, y es conocida por albergar numerosos centros de estudios islámicos, entre cuyos alumnos hay ciertas simpatías por los grupos salafistas.
Un responsable municipal de la ciudad de Sevaré culpó a las autoridades malienses de "negligencia" porque según él es conocido que muchos de los estudiantes están muy radicalizados y deberían ser vigilados más estrechamente.
El último atentado que tenía como objetivo claro a ciudadanos extranjeros en Mali tuvo lugar el pasado mes de marzo contra un restaurante en Bamako y causó cinco muertos, dos de ellos europeos.
Aquel acto terrorista fue reivindicado por Mojtar Bel Mojtar, que lideraba el grupo "La brigada de los hombres del turbante" (Katiba el Mulethemun), una escisión del movimiento terrorista AQMI, omnipresente en todo el Sahel.
A pesar de que el Gobierno maliense y los rebeldes tuareg firmaron en junio un acuerdo de paz, se mantiene abierto el conflicto con los grupos yihadistas y el 10 de julio se decretó la máxima alerta en el país ante los riesgos de un atentado terrorista.
Además de ser reforzada la seguridad en los lugares de culto y los mercados, los trabajadores de legaciones diplomáticas y de agencias de la ONU recibieron mensajes para extremar las precauciones y limitar sus movimientos.