"La baldosa es julio y en esa baldosa se va a bailar", explican de forma gráfica en el entorno del presidente, donde descartan la primera semana de julio, por su proximidad con el G20 de Japón y el posterior Consejo Europeo en Bruselas, que empezará el 30 de junio por la tarde y se alargará previsiblemente hasta el 1 de julio.
Mientras que en Moncloa sostienen que Sánchez es el primero al que no interesa que haya una repetición electoral, en Ferraz aseguran que ésta beneficiaría al PP y al PSOE, porque ambos "subirían en votos", y que si el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se empecina en sentarse en el Consejo de Ministros "habrá elecciones y él lo tendrá que explicar".
Los socialistas reconocen de forma metafórica que quieren "vivir en el mismo barrio" que Iglesias, pero "no compartir vivienda con él" y solo entienden su obstinación en clave de supervivencia interna.
Mientras se esfuerzan en quitar hierro al bloqueo que sufren las negociaciones con Iglesias, en el PSOE creen que la técnica 'marianista" de Sánchez está dando resultados con Cs, partido al que ven en descomposición.
En el entorno del presidente apuntan que la crisis que afecta a los de Albert Rivera refleja no solo el debate que se está produciendo en esa fuerza política, sino el estado mental de una parte de la sociedad, que cree que Rivera está en su derecho a decir "no es no" -como en su día le dijo Sánchez a Rajoy-, pero que no quiere vivir otra situación de bloqueo institucional ni unas nuevas elecciones.
Mientras que en Ferraz resuena el eco del "¡con Rivera, no!", que un grupo de militantes gritó a Sánchez la noche de su victoria en las generales, hace dos meses, entre los socialistas hay voces que reconocen que preferirían "a un Toni Roldán en el Gobierno antes que a uno de Podemos al que haya que atar con correa"