Los agentes de Seprona contaron las capturas en un control, en el puerto vigués de O'Berbés, en contenedores frigoríficos pertenecientes a un barco de bandera portuguesa. Los agentes encontraron miles de kilos de pescado variado, entre ellos, marrajo y tintorera con las aletas cercenadas, una técnica prohibida por la Unión Europea.
Las aletas estaban colocadas y adosadas con plástico de embalar junto a los cuerpos de los peces mutilados.
En total, casi 60 toneladas de mercancía capturada en aguas de Nueva Zelanda, intervenida ahora por supuestas infracciones.