La pérdida de la mayoría absoluta del PP en todas las comunidades autónomas abre un escenario de pactos que puede suponer que este partido pase a la oposición en varias de ellas y sitúa hipotéticos pactos entre PSOE y Podemos como alternativa para cambios de gobierno en varias autonomías.
Especialmente complicados resultarán los acuerdos de gobierno en Navarra, Aragón y Baleares, con siete fuerzas políticas en cada una (teniendo en cuenta que en las islas son ocho partidos los que han obtenido representación pero MÉS está dividida en dos, con MÉS per Mallorca y MÉS per Menorca).
Si damos credibilidad a lo que los partidos dijeron antes de estas elecciones y el PSOE no pacta con PP ni EH-Bildu, y el PP no lo hace con Podemos, los gobiernos de Aragón, Baleares, Navarra y Comunidad Valenciana requerirán del acuerdo de más de dos partidos.
La suma de escaños de PP y Ciudadanos, partido que dijo estar dispuesto a pactar con todos con condiciones, serviría a los populares para retener el poder en Madrid, La Rioja, Murcia y Castilla y León.
El pacto PSOE-Podemos supondría gobiernos en Extremadura, Asturias y Castilla-La Mancha, y estos dos partidos, con el apoyo de terceros podrían acceder también al poder en Baleares, Comunidad Valenciana y Aragón.
Con este panorama, si no fructifican esos posibles acuerdos, podrán darse situaciones como la de Andalucía que, de prolongarse, podría desembocar en una repetición de las elecciones.
Esto vale para todas las comunidades autónomas, salvo para Castilla-La Mancha, donde la última reforma electoral, además de reducir el número de diputados, estableció que, en caso de que no se den acuerdos de gobierno en el plazo de dos meses, gobernará la lista más votada.
En cuanto a los ayuntamientos, donde la legislación establece el gobierno de la lista más votada en el caso de que no haya acuerdos, puede haber cambios en algunas emblemáticas como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o Málaga.