Diario de campaña: Trump calienta el último debate atacando a la moderadora
Ambiente previo al segundo debate previo a las Elecciones en EEUU entre Donald Trump y Joe Biden, que el presidente calienta descalificando a la moderadora, Kristen Welker.
Kristen Welker es mujer, afroamericana, corresponsal de la cadena de televisión NBC en la Casa Blanca y vive en Washington. Por tanto sospechosa, demócrata y representante de las fake news. "Es terrible y tan injusta conmigo", ha sido el salvo celebratorio de Donald Trump que ha comenzado a preparar a sus seguidores para el debate de hoy en Nashville, en Tennessee, en el que debe dar un giro definitivo a su carrera presidencial que en este momentos, según la mayoría de los sondeos, tiene perdida. ¡Y qué mejor que atacar a la moderadora que tendrá, además, el control del micrófono!
Para evitar la pelea de gallos en la que se convirtió el primer debate, con Trump como el mayor culpable, la comisión independiente que organiza estos mano a mano ha decidido dar el poder a la corresponsal televisiva de cerrar el micrófono a quien no tenga la palabra para que ambos contendientes puedan explicarse durante los dos primeros minutos de los asuntos a discutir que han sido seleccionados por esta periodista, muy prestigiosa entre sus compañeros. Después de esos dos minutos iniciales…respeto y después…que comience el combate.
Este último encuentro entre los dos, iba a ser el tercero pero Trump se retiró del segundo porque la comisión organizadora sugirió que fuera virtual debido a su infección de la covid 19, estará dedicado a seis temas de actualidad: la pandemia, el calentamiento global, asuntos raciales, seguridad nacional, liderazgo y las familias norteamericanas.
La campaña del cabeza de lista republicana ha sugerido que esos segmentos están diseñados para que Biden se luzca sobre todo alabando al doctor Anthony Fauci y a los científicos que combaten contra la Covid-19 y que el temario rompe con la tradición de que el último debate de una campaña presidencial siempre se dedica a la política exterior.
Trump presume de sus logros en política exterior
Un asunto en el que el presidente quiere presumir de sus logros (el fin de Daesh, el reciente acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, la asfixia a Irán, el idilio amoroso con Corea del Norte y la mejora de las finanzas de la OTAN gracias a sus presiones) y especialmente atacar a su contrincante demócrata acusándole de estar bajo la nomina del partido comunista de China y de ser, junto con toda su familia y en especial su hijo Hunter, un corrupto y un criminal que debería no estar a su lado en Nashville sino en prisión.
No parecen estos los argumentos que quieren escuchar los estadounidenses que todavía no se han decidido a quién votar y que pueden ver el debate en directo ante la pequeña pantalla o un móvil, una tableta o en las redes sociales para tomar su decisión final.
El presidente ya ha advertido que ni con las nuevas normas le harán cambiar ni podrán hacerle variar su mensaje final: la pandemia está terminada, los ciudadanos están cansados del virus y no hay que temerle y que Biden quiere terminar con la América de siempre y establecer un régimen socialista que acabe con nuestra historia. Y si eso supone que deba interrumpir cuando pueda, hablar por encima de su rival y no hacer caso a la periodista…que así sea.
Porque si hoy de lo que más se habla es de que Trump se ha comportado mal, que ha interrumpido a Biden y se ha burlado de Welker no importa. Porque lo que el presidente quiere es que se hable de él. Aunque sea mal.
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