Fernando Ónega analiza la dimisión de Eduardo Torres-Dulce como fiscal general del Estado. Considera que "podría ser la crónica de una muerte anunciada" y cree que "no es posibles la autonomía de estas instituciones si no tiene afinidad con el Ejecutivo".
El análisis de Ónega: "Mi única duda es si Torres-Dulce fue incitado a dimitir o dimitió por no aguantar más"
Fernando Ónega analiza la dimisión de Eduardo Torres-Dulce como fiscal general del Estado. Considera que "podría ser la crónica de una muerte anunciada" y cree que "no es posibles la autonomía de estas instituciones si no tiene afinidad con el Ejecutivo".