semana santa

La Soledad volverá a procesionar el Miércoles Santo en Logroño con un manto totalmente restaurado

Un equipo de 9 personas dirigidas por el maestro bordador Sebastián Marchante han estado trabajando durante casi 2 años en su taller de Málaga

Cecilia Romero

Logroño | 11.03.2024 14:00

La Virgen de la Soledad de Logroño estrenará Manto esta Semana Santa, coincidiendo con el 75 aniversartio de su primer recorrido procesional.

Su restauración, que ha durado casi dos años, ha corrido a cargo del taller malagueño de Sebastián Marchante, artesano bordador con más de tres décadas de reconocida trayectoria

Excepcionalmente, este año, además del Viernes Santo, también procesionará en la Procesión de El Encuentro.

En Más de Uno La Rioja nos acompaña el Hermano Mayor de la Cofradía Nuestra Señora Virgen de La Soledad, Luis Ducrós, y el maestro bordador, Sebastián Marchante, quien nos desvela los entresijos del trabajo al que se han dedicado a diario entre 5 y 9 personas. Un manto que se mostrará hasta el próximo 22 de marzo en la capilla de Los Ángeles de la Concatedral de La Redonda, bajo el título "Hilos de Fe. Entre oraciones y agujas".

Manto que fue estrenado en las calles de Logroño un 14 de abril de 1949, en la Procesión de El Encuentro, que por entonces se celebraba en Jueves Santo. Y es precisamente en esta Cuaresma y Semana Santa de 2024, cuando se cumplen exactamente tres cuartos de siglo de aquel estreno, cuando se vuelve a mostrar el Manto de La Soledad completamente restaurado, tras culminar su restauración y traspaso gracias al esfuerzo de sus cofrades y el apoyo económico de muchos logroñeses.

Para celebrar este acontecimiento, además de exponerlo en la Capilla de los Ángeles de la Concatedral de Santa María de la Redonda, excepcionalmente el Manto de La Soledad volverá a salir a las calles de Logroño en la Procesión de El Encuentro, como aquella primera vez.

Su restauración y traspaso han sido llevados a cabo, durante casi dos años, por el taller malagueño de Sebastián Marchante Gambero, artesano bordador con más de tres décadas de reconocida trayectoria profesional y que ha aplicado a este cometido la atención, respeto y cuidado, además de traspasar la pieza íntegramente a un nuevo soporte de terciopelo.

Luis Ducrós ha especificado que el Manto que porta la Virgen de la Soledad “tiene 4 metros de ancho y 5 de largo, y con bordado de oro que pesa unos 30 kilos. Ha tenido un coste aproximado de 50.000 euros. En ese precio se incluye también, en otras cosas, el Manto transitorio, que es el que vistió la Virgen la pasada Semana Santa”.

Ha recordado, asimismo, que esta tarde, a las 19 horas, se inaugurará la exposición ‘Hilos de Fe. Entre oraciones y agujas’; una muestra en la que, “además del Manto restaurado, se exhibirán papeles con peticiones y oraciones a la Virgen que, bajo los adornos del Manto, las bordadoras, a mediados de los años 40, fueron las encargadas de guardar”.

La exposición podrá visitarse del 12 al 22 de marzo en la Capilla de los Ángeles de la Concatedral Santa María de la Redonda. La muestra permanecerá abierta de lunes a viernes, de 11 a 13 horas y de 18 a 20 horas; y el sábado y domingo, de 10 a 13.30 horas y de 17 a 21 horas.

Sebastián Marchante ha reconocido que lo más complicado de esta restauración se ha debido a la asimetría del Manto. “No es algo que se vea, a simple vista, pero una vez que empezamos a desmontarlo y a tratar de cuadrar las piezas para restaurarlas vimos que había unas más gruesas que otras”. Además, a causa del paso del tiempo y por esos pequeños retoques anteriores realizados en el Manto, “se había deformado en la zona de la cabeza y eso había provocado que todo el bordado se hubiese viciado”. Por ello, en su taller, han corregido, en la medida de lo posible, esa falta de simetría, a la vez que ha admitido que el bordado “no estaba tan mal, pese al paso del tiempo, aunque el terciopelo estaba en muchos sitios en mal estado lo que podía haber provocado que se rajara”.

Durante estos casi dos años, entre cinco y nueve personas han venido trabajando de manera diaria en él. “Lo hemos dejado lo más parecido a como estuvo en su momento y hemos logrado recuperar ese color más claro en los dorados, que se habían oscurecido por el uso de lentejuelas metaloplásticas y por el uso de cristales de peor calidad”.

El Manto procesional que luce todos los Viernes Santo la talla de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad fue bordado en oro durante la segunda mitad de los años 40 del siglo pasado por las Religiosas Madres Adoratrices de Logroño sobre terciopelo negro de Lyon. Su coste fue sufragado por los habitantes de la capital en suscripción popular convocada en el año 1945. Se recibieron, asimismo, múltiples donativos para obtener el oro con el que se bordó, destacando el donativo anónimo de una mujer, que aportó tres kilos de oro, además de lentejuelas del mismo metal y riquísimos encajes.

Su diseño fue obra de Francisco Javier Rodríguez Garrido (1905-1954), que nació en Madrid, aunque sus progenitores eran riojanos. Rodríguez Garrido estudió Bellas Artes en la Escuela de San Fernando, donde coincidió con Salvador Dalí. Fue cuñado del arquitecto logroñés Agapito del Valle, con quien colaboró en el ornato de varios de sus edificios. Además, fue catedrático de dibujo del Instituto Sagasta, así como un importante pintor de relatos y de murales para diferentes edificios e iglesias.