El presupuesto será de 33 millones de euros anuales. La nueva orden unifica las ayudas y supone el final de las convocatorias anuales, ya que desde ahora se podrán pedir todos los tipos de ayudas durante todo el año. Además de afrontar las actuaciones de conservación habituales en un parque de viviendas como el vasco, que se caracteriza por su antigüedad –46,2 años de media–, las ayudas ponen el acento en la mejora de la accesibilidad (como poner ascensores), la eficiencia energética de los edificios (calefacción, ventanas...) y el incremento del uso de energías renovables en los edificios y viviendas. Las ayudas individuales (aquellas que no se concedan a una comunidad) estarán abiertas a unidades convivenciales de hasta 39.000 euros de ingresos anuales ponderados en el caso de los préstamos cualificados, y de 25.000 euros de ingresos en el caso de las ayudas a fondo perdido (4.000 más que en la orden anterior). Así, por ejemplo, con la nueva normativa, una familia de dos miembros e ingresos de 20.000 euros que desee realizar una obra en su vivienda por valor de 5.000 euros para mejorar la estructura o la habitabilidad, podrá pasar de recibir 500 euros con la normativa anterior a 2.500 euros para realizar la misma actuación, del 10% al 50% del presupuesto total de la obra.