Mar Menor

Juan Manuel Ruiz (IEO) "El riesgo de nueva mortandad de peces existe ya por los nutrientes y por el calentamiento disparado del agua"

Investigadores del IEO advierten de que "los nutrientes que entran en la laguna de forma continúa y masiva podrían desencadenar eventos extremos de hipoxia" como ocurrió en el verano de 2021 y que "las condiciones ambientales parecen no ser todavía propicias para la recuperación de hábitats".

Rosa Roda

Murcia | 24.04.2023 13:36

Declaraciones de Juan Manuel Ruiz, investigador del IEO

Juan Manuel Ruiz, investigador del IEO, ha declarado en Onda Cero que " a pesar de la aparente estabilidad de la laguna, el Mar Menor es un ecosistema muy alterado". También ha advertido de que "ahora mismo el calentamiento está disparado mientras que el Mar Menor está mucho más debilitado y vulnerable. Puede pasar cualquier cosa".

Según Ruiz, "el riesgo de una nueva mortandad de peces la tenemos ya debido a la entrada de nutrientes y por el calentamiento del agua progresivo. No sabemos qué puede ocurrir. El calentamiento puede acelerar en frecuencia e intensidad esos fenómenos disruptivos o aparece fenómenos nuevos que desconocemos".

Los investigadores del Instituto Español de Oceanografía acaban de actualizar los resultados de programa de monitorización y estudio del Mar Menor y advierten, entre otras cosas, de que" el calentamiento del agua de la albufera se ha acelerado en los últimos años y, en combinación con el exceso de nutrientes, podría estar relacionado con los mecanismos disruptivos que han conducido al colapso ecosistémico y su actual estado alterado" y añaden que "si esta tendencia persiste, teniendo en cuenta el estado actual del ecosistema más vulnerable, se podría estar llegando a los umbrales de tolerancia de ciertas especies a esta variable, lo que podría desencadenar nuevos episodios disruptivos a corto y medio plazo del ecosistema lagunar".

Aquí puede consultar el informe del IEO sobre el Mar Menor de febrero de 2023

Los investigadores del Instituto Español de Oceanografía subrayan en su informe que "unos valores bajos de clorofila (y de turbidez) no significan que los procesos de eutrofización de la laguna no estén operando por lo que hay que ser muy cauto a la hora de diagnosticar el estado del ecosistema lagunar en base a variables como las concentraciones de clorofila o la transparencia del agua".

Los equipos del IEO-CSIC que realizan un seguimiento muy exhaustivo de la dinámica y distribución de las praderas someras supervivientes en la albufera, han comprobado que a pesar de episodios prolongados en los que la disponibilidad de luz es óptima para el desarrollo de los macrófitos "se ha comprobado que estas praderas no son capaces, al menor por ahora, de colonizar las zonas más profundas de 3 metros. La limitación de luz en episodios de turbidez podría ser un factor que explicase esta incapacidad, pero se están investigando otros factores".

Por otra parte, informan de que el aumento de la producción fitoplanctónica y microbiana, así como el zooplancton, durante estos últimos años podría haber favorecido estas proliferaciones masivas de organismos carbonatados, que afectan incluso negativamente a la actividad humana debido al desarrollo excesivo del "biofoulling" en los cascos de los barcos. Los investigadores recomienda estudiar también el efecto que ha tenido esta respuesta trófica sobre las poblaciones en los niveles tróficos superiores, incluyendo las poblaciones de peces.

"Este es un resultado sorprendente teniendo en cuenta el férreo control que ejerce el sistema tamponador de carbono del agua de mar sobre el pH, y refleja la magnitud de los cambios que está experimentando la laguna desde su colapso".

Los investigadores del IEO también han comprobado que pH del agua del Mar Menor muestra una clara y constante tendencia a aumentar en el periodo 2016-2023, pasando de 8 a 8,6 unidades. "Esta variable muestra episodios puntuales de acidificación asociado a eventos concretos de bloom fitoplanctónico y déficit de oxígeno, tal y como se describe en ambientes marinos fuertemente eutrofizados. Sin embargo, la tendencia general a largo plazo es de aumento del pH, y no de disminución".

"La elevación del pH desde 2016 pone en evidencia un desequilibro generalizado del ecosistema lagunar que podría estar relacionado con un exceso de materia orgánica disponible" dicen.

Los datos obtenidos de la monitorización del Mar Menor evidencian "la complejidad de los procesos de eutrofización que en la actualidad gobiernan el estado del ecosistema lagunar".

El IEO apunta también que las condiciones ambientales parecer no ser todavía propicias para la recuperación de hábitats y especies cuyas poblaciones quedaron profundamente alteradas y mermadas tras el colapso experimentado en 2016. "Las praderas de Cymodocea nodosa so un claro ejemplo de ello" dicen. Por ello, los investigadores no consideran viables actuaciones basadas en el trasplante de especies.