Hola, Victorio.
Hay una buena noticia para los aficionados del Murcia: lo que le pasa a este equipo, y particularmente lo que le pasa en Nueva Condomina, no es cuestión de maldiciones, no es cuestión de mala suerte ni del destino. Un estadio tan desangelado no ayuda, pero tampoco tiene culpa de nada. Este Murcia pierde, y pierde especialmente en casa, porque sus jugadores hacen las cosas mal o porque no dan más de sí, simplemente. Cuando el Murcia deje de hacer las cosas mal, dejará de perder.
La mejor receta para afrontar los problemas es siempre el realismo. Hay que mirar a los ojos a la realidad, con crudeza, y llamar a las cosas por su nombre. Los dos goles que le mete ayer el Antequera al Murcia son fallos graves de defensas con nombres y apellidos. Y se pierde por esos fallos. No hay más.
Primer gol del Antequera: Marc Baró tiene hasta dos ocasiones para encimar a Loren Burón y quitarle el balón antes de que dispare. Pero nuestro lateral izquierdo se dedica a recular y a contemplar lo que hace el rival, sin la más mínima intensidad. Segundo gol: Rofino peca de blando y permite que el delantero rival controle, se dé la vuelta y dispare sin que sea capaz ni de estorbarle o meterle un poco el cuerpo. Pueden repasar también los goles del Málaga hace quince días, y los errores son similares.
Resumiendo: defensas blandos, probablemente con calidad, y en el caso de Rofino quizás con futuro por delante en categorías superiores. Pero al fin y al cabo jugadores poco bregados, sin contundencia, sin los suficientes partidos a sus espaldas, y lo que es peor, sin demasiado oficio.
La historia del Murcia es la historia de un club cuyas ambiciones siempre han ido muy por encima de su realidad. Un club que más de cien años después no tiene ciudad deportiva y se tiene que ir a entrenar a San Pedro del Pinatar, pero que tiene un estadio con más capacidad que muchos de Primera División.
Bueno, pues esta plantilla diseñada por Javier Recio imita esa historia de asimetría de este club. Los mejores delanteros de la categoría, los más caros, pero después, una defensa blanda, y un equipo que es físicamente inferior a la mayoría de sus rivales.
El Murcia nunca puso las bases para nada sólido de verdad, como club. Y a este equipo le falta lo mismo: la base.
Buenas tardes.
