fútbol

'De vuelta a Casa', con Luis María Valero - 08/01/24

El periodista murciano nos da su visión semanal acerca de la actualidad deportiva murciana desde otro punto de vista

ondacero.es

Murcia | 08.01.2024 14:37

Hola, Victorio.

Comienza un nuevo año pero el Murcia es prisionero de la misma neurosis que le lleva dominando desde siempre. Esa neurosis le hace estar convencido de que en los malos momentos hay que hacer siempre una revolución, en lugar de una evolución. Esto ya lo hemos vivido antes: no vale ningún jugador, no vale el entrenador, y el director deportivo tendría que estar ya en su casa.

Bueno, pues ojalá el nuevo año convenza de una vez a este club de que generalmente no existen blancos ni negros, sino muchas tonalidades de gris. Lo más importante ahora mismo es descubrir por qué el Murcia lleva generalmente una marcha menos que el resto de sus rivales. Mucho antes de entrar a valorar la calidad de los futbolistas, hay que preguntarse por qué competimos mal. Por qué este equipo no muerde, no presiona.

Es un equipo indolente, apático, y lo es desde el primer partido de temporada. Hablamos de un Murcia que no ha sido superior a prácticamente ningún rival, y aunque duela reconocerlo, es posible que llevemos incluso más puntos de los que merecemos. Así de crudo.

Si es cuestión de plantilla, hay que restar veteranos, hay que restar jugadores indolentes, hay que animar a que todo el que esté a disgusto pida la baja y se vaya a donde le dé la gana. Sin cobrar, claro. Porque da pena ver cómo ya estamos pagando rescisiones, al estilo de los clubes ricos que van de sobrados. Y hay que inyectar motor, fuerza, gente con hambre. Jugadores para los que esta segunda vuelta en el Murcia sea lo más grande que les ha pasado en sus carreras. Jugadores que tengan ilusión incluso por salvar la categoría en Primera Federación. No hablo de muchos fichajes, solamente los justos, dos o tres, y en puestos importantes.

Eso en el corto plazo, pero para el largo plazo, haría bien Felipe Moreno en marcar un rumbo estratégico para el club. ¿Es Pablo Alfaro el entrenador que nos imaginamos en el banquillo si un día llegamos a Primera División? ¿No estaría bien aprovechar ese campazo que tenemos para imprimir al Murcia un sello determinado a la hora de jugar, con un fútbol moderno y valiente que ya es el que están poniendo en práctica la mayoría de equipos de Europa, incluso en divisiones menores?

En resumen, yo al nuevo año del Murcia le pido lo mismo de siempre: salir de la neurosis del corto plazo, y elevar la mirada, para por fin poner las bases de algo sólido de verdad.

Buenas tardes.