El tópico de que el Real Murcia es un trasatlántico sirve para lo deportivo y también para lo institucional. La presión ejercida desde todas las partes de la entidad pimentonera han provocado que tanto Agustín Ramos, presidente del club, como Felipe Moreno, expropietario del Leganés, se replanteen su acuerdo.
A principios de mes, Moreno realizó una rueda de prensa para dejar claro que quería ir por su camino sin el de Abarán y que estaba dispuesto a montar su proyecto para entrar en el Murcia. Sin embargo, tres semanas después y tras mucho nerviosismo, todo parece haber cambiado.
Este fin de semana ambos habrían dado un paso atrás en su enfrentamiento. Agustín Ramos habría entendido que el cordobés tiene la llave para solucionar el problema de la propiedad que tiene pendiente del Tribunal Supremo al equipo con Mauricio García de la Vega. Felipe Moreno, por su parte, habría comprendido que los 18 meses del murciano al frente del conjunto grana con un ascenso, más de 2.000.000 euros invertidos y después de haber dotado de una estabilidad al Real Murcia, le darían confianza con según qué accionistas que le darían su confianza a Ramos.
Los accionistas minoritarios del Real Murcia y la Federación de Peñas también se manifestaron públicamente la semana pasada en ONDACERO para declarar que estaban haciendo su guerra particular para que los dos consiguieran sentarse y acercar posturas. Según fuentes a este medio, los dos habrían arreglado la mayoría de circunstancias que les alejaban y esta semana se verán las caras para ver si pueden rubricar un nuevo 'sí quiero' que le aporte oxígeno al murcianismo.
