En 1998, Paco Umbral fue condenado a pagar casi dos millones de pesetas por haber llamado ‘puta cubana’ a la viuda del poeta Blas de Otero. En el juicio, él alegó que no lo había hecho como sinónimo de prostituta, sino que su intención era darle ‘fuerza expresiva’ al texto.
La palabra ‘puta’ es de origen incierto, puede que se derive del latin ‘putta’, muchacha, ‘chica de la calle’, o de ‘puttus’,niño.En sentido clásico, una puta es una mujer que presta servicios sexuales a cambio de dinero, pero también la que lo hace sin cobrar pero con demasiada frecuencia, o con demasiados compañeros, o la que es de moral cuestionable. O la que nos cae mal.
Es posible que ‘puta’ sea una de las palabras más feas e hirientes de nuestro idioma, pero es que también es una de las más versátiles y dependiendo de la expresión en la que se incorpore puede tener significados radicalmente opuestos. “Qué puta suerte suerte, pasó un puto cerrajero por su puta puerta justo cuando se había quedado en la puta calle. Al hijo de puta le salió de puta madre”. Intenta traducir esto.
Si hoy invitamos a este nombre al programa, que últimamente oímos más como adjetivo, no es por ser el sinónimo más frecuente de ‘prostituta’ sino por la extraña inversión que está sufriendo. Como sucedió con ‘maricón’ o con ‘facha’, hay muchas mujeres que se están apropiando del vocablo para desactivarlo con su abrazo voluntario. Todas putas.
Texto: Tatiana Tereshkova
