La Unión do Povo Galego (UPG) retiene el control orgánico y de la línea política del BNG tras la XIII Asamblea Nacional, pero la división en dos del frente nacionalista, que ya se había hecho patente en el cónclave extraordinario de 2009, se ha hecho más profunda, aunque el riesgo de escisión parece momentáneamente contenido.
Además de imponer por una amplia mayoría sus tesis políticas, la UPG ha conseguido colocar a Francisco Jorquera como candidato a la Presidencia de la Xunta en las próximas elecciones autonómicas y a Guillerme Vázquez como portavoz nacional, un puesto para el que ha sido reelegido. Se inaugura de esta forma una etapa de bicefalia inédita en la organización nacionalista.
No obstante, las diferencias en las votaciones respecto a sus contrincantes de la candidatura conjunta de Máis Galiza y Encontro Irmandiño han sido ajustadas, ya que le sacó un porcentaje máximo de diferencia de un siete por ciento en el cónclave que supuso la vuelta al sistema asambleario.
Pese a la diferencia mínima, el candidato a la Presidencia de la Xunta de la candidatura conjunta, Carlos Aymerich, no ha ocultado que para él supone el fin de un periodo vital. "Creo que cumplí una etapa y hay otra gente que tiene que protagonizar la siguiente", ha manifestado tras conocer los resultados al respecto de su futuro.
En este escenario que ha dibujado la asamblea nacional, el líder del Encontro Irmandiño, Xosé Manuel Beiras, ha sido prudente a la hora de hablar de una salida del BNG protagonizada por su partido, lanzando una oportunidad para recuperar la "confianza recíproca".
Eso sí, lo ha hecho advirtiendo de que "la mitad" de la militancia concuerda con las tesis defendidas por su alternativa y pidiendo trabajar "todo lo posible para recuperar la igualdad y la diversidad" como requisitos.