El exsecretario general del PSdeG y diputado autonómico Pachi Vázquez ha preconizado hoy acuerdos para "normalizar" el debate político en Ourense, marcado en las últimas semanas por la "crispación".
Tras varios meses de conflicto en el seno del Gobierno local, marcado por las disensiones de los ediles socialistas con diferentes imputaciones, la ciudad registró el pasado viernes un capítulo de tensión en la reunión plenaria en una discusión entre la concejala de Urbanismo, Áurea Soto, y la de Democracia Ourensana, Susana Gómez, que acabó con la intervención policial a requerimiento del alcalde, Agustín Fernández.
Vázquez destaca su "preocupación" por la situación de tensión en el Ayuntamiento y considera necesaria "la búsqueda de acuerdos y consenso" para que "impere la política".
"Si en los lugares donde se tienen que resolver los problemas de los ciudadanos se habla de otras cosas, nos perjudica a todos", apunta el diputado socialista.
En este sentido, aboga por "normalizar el debate político y concluir la crispación", y urgió a las partes a abordar el problema "en su integridad" y "buscar fórmulas de acuerdo y entendimiento" para que se alcance "una situación de normalidad cuanto antes".
Vázquez se refirió también a la sucesión de imputaciones en el Ayuntamiento de Ourense a cargos socialistas, entre ellos el propio alcalde, por supuesta implicación en la adjudicación de obras en la calle Bedoya y a Soto, con cinco causas pendientes, y la teniente de alcalde, Marga Martín, en relación con supuestas irregularidades en la gestión del servicio de la ayuda a domicilio. A este respecto, el exlíder socialista manifestó su convicción de que las imputaciones "perjudican mucho a la política y singularmente al PSdeG".
"Todos los que estamos en política tenemos la obligación de transmitir a los ciudadanos una sensación de que estamos para resolver problemas no para crearlos", añadió. Vázquez hizo estas declaraciones tras participar en una reunión con representantes del sector de las peluquerías, para el que pide "otra fiscalidad" y no dar "la puntilla" a las peluquerías, en una provincia donde el cierre de negocios supondría "un golpe mortal para nuestra economía de servicios".
