La Encuesta de Población Activa (EPA) lanzó ayer un mensaje con más sombras que luces para la economía ourensana. El balance del 2013, tras los datos del cuatro trimestre, arrojan un balance negativo en términos porcentuales y absolutos. La provincia cerró el pasado año, según esta encuesta, con 30.600 desempleados. Es una cifra superior en 300 personas a la de hace justamente un año, aunque supone un descenso considerable con el tercer trimestre del 2013, cuando se habían registrado 32.500 parados.
Este aumento en la cifra de desempleados, que contrasta con el descenso de más de un millar de personas que se había contabilizado en el paro registrado en las antiguas oficinas del INEM, también tiene un reflejo en la tasa de desempleo de la población. En el caso de Ourense, se sitúa en el 23,31 % al cierre del 2013. Es un punto inferior a la de hace tres meses, pero superior a la de hace un año (22,70 %). Es la segunda más alta de Galicia y se sitúa un par de puntos por encima de la media autonómica.
Sin embargo, uno de los datos más alarmantes que arroja la EPA y que muestra que el tejido empresarial ourensano todavía no ha salido del bache es el de la cifra de ourensanos ocupados. De acuerdo con el estudio que ayer hizo público el INE, en la provincia de Ourense hay 100.600 ocupados, por los 103.200 de hace tan solo un año. Eso supone que se han destruido unos 2.600 empleos durante el último ejercicio.
Por sectores, tan solo los servicios salvan los muebles, ya que pasaron de dar empleo a 70.900 personas a hacerlo a 73.100. El resto se mueve en términos negativos. En la agricultura se perdieron 2.400 empleos, en la industria 1.300 y en la construcción un total de 1.000. Esta pérdida de gente activa supone que la tasa de actividad en Ourense se sitúa en 47,14 %.
Por último, la tasa de empleo entre los ourensanos es de un 36,16 %. Es ligeramente inferior a la registrada hace un año (36,64 %). De este modo se completan los indicadores negativos del 2013, según la EPA.
