Mercedes Astorga, la pareja sentimental del exalcalde de Ourense, Francisco Rodríguez -a la que se le atribuye un supuesto delito de blanqueo de capitales dentro del entramado de la Operación Pokemon-, declaró ante la juez Pilar de Lara que guardaba más de 30.000 euros en su casa y en la oficina, sobrantes de las hipotecas que había pedido para construir una pequeña casa en Castrelo do Val y comprar un coche. De esta forma, intentó justificar el ingreso fraccionado de 75.243 euros efectuado en su cuenta particular entre 2007 y 2010, con el fin de "cubrir descubiertos" o en "previsión de futuros gastos". La cartilla también se nutría, según subrayó, de la nómina que cobraba, de las aportaciones que hacía su exmarido para pagar el colegio mayor de la hija y de donaciones que le hacía su madre. Y admitió que ella y Francisco Rodríguez habían sido invitados a pasar dos fines de semana en diversos puntos de España por Henry Laíño, el responsable de Aquagest, la empresa concesionaria del servicio de aguas en Ourense.
Mercedes Astorga explicó a Pilar de Lara que tiene un piso en Verín, que compró con su exmarido en 1988, en la empresa en la que trabajaba, Construcciones Limia, por seis millones de pesetas. En el momento de la separación, Mercedes Astorga se quedó con la custodia de la hija y con el piso, del que quedaba pendiente el pago de 12.000 euros. Relató que al cabo de un año dos, su exmarido necesitaba dinero, por lo que le pidió que volviera a hipotecar el piso, a lo que Mercedes Astorga accedió, a pesar de que era el lugar donde vivía con su hija, debido a que él "había participado en la compra del inmueble". Pero al cabo de dos años, al exmarido de Mercedes Astorga "le tocaron treinta millones de las antiguas pesetas en Verín, en el sorteo de la Once" -según la declaración de la compañera sentimental del exalcalde-, por lo que canceló el préstamo, para compensar lo que había hecho por él su exmujer. De esta forma, Mercedes Astorga se quedó con el piso libre de cargas.
En el año 2003, Mercedes Astorga compró una finca rural a seis kilómetros de Verín, en Castrelo do Val, para hacer una cocina y un baño, como "una forma de ahorro" y para poder reunirse con sus amigos. Para eso tuvo que hipotecar de nuevo el piso, según su declaración, con el fin de "poder meterse a esa obra". Pidió una hipoteca sobre el piso de 78.000 euros, "para hacer una cocina, un baño y una habitación", con una superficie total de 50 metros cuadrados.
Declaró que al cabo de dos años, pidió una nueva hipoteca sobre el piso de 12.000 euros para adquirir un coche nuevo, porque el que tenía lo habían comprado el Alemania a nombre de su madre y "era muy viejo". Atribuyó la demora en la adquisición a que, como su padre había vivido en Alemania, "quería que comprase un BMW", porque le parecía "más seguro" y "duraba más". Mientras tanto, "tenía el dinero guardado". Luego pactó una liquidación de 18.000 euros por dejar el puesto que tenía en una inmobiliaria, tras iniciar una relación sentimental con el ex alcalde de Ourense, con el fin de establecer su residencia en esta ciudad. Y explicó a la juez que había empleado ese dinero en dar una entrada para la adquisición de un BMW de la serie tres, abonando una entrada de 12.000 euros. A los tres años decidió cambiar el coche, porque le pareció que era "muy inseguro; se iba mucho de atrás", por lo que su hermano le recomendó que se deshiciera de él antes de que pasara la garantía. Y declaró que su madre se había ofrecido a dejarle dinero para que comprase otro nuevo.
A este patrimonio, Mercedes Astorga suma el apartamento y el piso que ha comprado con el exalcalde Francisco Rodríguez en Ourense, con la intención de unirlos, debido a que estaban juntos, pero al final no lo hicieron, debido a que la relación que tenía ella con los hijos de Francisco Rodríguez "no era excesivamente buena", por lo que les pareció "más inteligente "separarlos y que cada uno tuviera uno", por si pasaba algo, "para no tener problemas con los hijos".
Mercedes Astorga indicó que había adquirido el piso y el apartamento con el exalcalde de Ourense en el año 2009, por 300.000 euros, mediante hipoteca, sin adelantar ninguna cantidad en metálico ni abono por IVA ni impuestos. El pago de la hipoteca se realiza por medio de la cuenta, en la que figuran como titulares el ex alcalde y su actual pareja, donde le abonan la nómina a Francisco Rodríguez, explicó Astorga. Y confesó que tenían previsto alquilar el apartamento, para hacer frente al pago de la hipoteca.
Mercedes Astorga declaró ante Pilar de Lara que los "únicos bienes" que tiene Francisco Rodríguez en España y en el extranjero son el piso nuevo que habían adquirido y un Opel, mientras que ella mantiene otro BMW, que compró en el año 2011 por algo más de 30.000 euros, de los que había abonado 15.000, correspondientes a la entrega del anterior vehículo y a 3.000 euros procedentes de un préstamo de su madre.
La compañera sentimental del exalcalde explicó que su cuenta se nutre del dinero que recibe por su nómina, de los préstamos que le hace su madre cuando necesita dinero y de los ingresos que hacía su exmarido para pagar el colegio mayor de la niña, de 1.100 euros al mes, "no siempre por transferencia". Aseguró que en algunas ocasiones se lo daba en mano. Realizaban pagos de 3.000 euros cada trimestre por los estudios de la hija, con la excepción del primero, en el que tuvieron que pagar "otros 3.000 euros por adelantado", antes de entrar la niña en el colegio mayor.
Declaró que el destino del dinero ingresado en su cuenta particular, en la que le abonan la nómina, son sus gastos habituales, el pago del colegio mayor de su hija, las compras que realiza con tarjetas de crédito, además del pago de 450 euros al mes por la hipoteca del piso. Detalló que había pedido tres hipotecas, de 78.000 euros para obras realizadas en una finca en Castrelo do Val (Verín), 12.000 para el coche y otra de 36.000 euros, antes de empezar su hija el colegio, en el año 2007, de las que retiró "30.000 euros" en efectivo que se llevó para casa. Y sostiene que los guarda "en casa y parte a veces en la oficina", en previsión de que le pudieran hacer falta para pagar el colegio mayor de su hija, aunque su exmarido le hacía abonos regulares de 1.100 euros al mes por ese concepto.