Unos treinta tractores, con sus correspondientes remolques en muchos casos, llegaron hasta las puertas de la Delegación del Gobierno en pleno centro de A Coruña, en la Plaza de Pontevedra.
Eso sí, los tractores, llegados desde la comarca de Carballo y de la zona que trae la ruta de Madrid, esto es, Curtis, Teixeiro y hasta Oza-Cesuras, estuvieron parados algo más de una hora en la rotonda de Matogrande. Y es que tras conseguir la autorización el pasado viernes para poder acercar los vehículos a las puertas de la Delegación del Gobierno, ayer por la noche, convocados los tractoristas, desde el organismo gubernamental ya se les prohibía este destino, y se les obligaba a dejar aparcados los tractores en Xuxán. Incluso se llegó a dar la opción de que solo llegaran dos tractores hasta la Delegación del Gobierno.
El representante de Unións Agrarias, Óscar dejaba claro que o se permitía que circulasen todos los tractores o se quedaban parados en la rotonda de Matogrande. Al final, llegó una llamada que permitió el tránsito de la tractorada hasta la Plaza de Ourense, en dónde un grupo de unas 100 personas esperaban a los tractoristas.
Por el camino, en los tractores de Alberto y Anxo, y ya delante de la Delegación del Gobierno, con María, escuchamos las quejas tanto de los dos primeros, ganaderos, como de María, productora hortofructícola. Alberto y Anxo son dueños de explotaciones ganaderas en Sísamo-Carballo y Cabrui-Mesía, respectivamente. María tiene una explotación en As Encrobas, en el concello de Cerceda.
Todos mostraron la misma queja: menos burocaria, menos limitaciones y competir en igualdad de condiciones con otros productos y países, en clara alusión casi siempre a lo qué viene de Marruecos, para hacer de su trabajo en el campo algo atractivo, rentable y con futuro. El más contundente, en este sentido, fue Alberto, que con 44 años es padre de dos niños, a los que, ahora, no les recomienda seguir viviendo del campo.