Hoy con Léleman venia pensando en… eso de jugar feo o como equipo pequeño. Que se lo he escuchado a más de uno después de la victoria del sábado ante el Villarreal. La cuestión, a veces, es sacarle pegas a todo.
Es el eterno debate. Ese del juego bonito y la posesión, ya sabéis. Ese que a mi personalmente tanto me cansa. Porque de poco vale tener la posesión y dar mil pases, de poco vale hacer filigranas con el balón si eso no se traduce en ocasiones de gol. Los partidos los ganan quienes marcan más goles, no quienes más pases dan. Y a diferencia con el boxeo, aquí no se gana a los puntos sino al KO.
Yo entiendo el fútbol como un equilibrio entre defensa y ataque. Los hay que solo se fijan en como ataca su equipo. Los hay que solo dan valor a lo ofensivo y desprecian lo defensivo. Son esos a los que les gustan los partidos locos, de ida y vuelta… esos que en muchas ocasiones se convierten en una lotería y nunca sabes del lado que van a caer. Yo no. Para mi también es bonito ver un equipo al que no le generan ocaciones. Y ese es el camino que ha emprendido Bordalás con el Valencia.
Jugarle al Villarreal de tú a tú casi hubiera podido suponer un suicidio. Por calidad de plantillas y por el estado anímico en el que llegaba el Valencia. Bordalás supo plantear el plan de partido perfecto. Nadie mejor que él sabe que los equipos se reconstruyen desde la defensa. Y eso es lo que está haciendo.
Aquellos que antes del encuentro del sábado decían que el Valencia era un equipo débil, endeble en defensa y al que le generaban no solo muchas ocasiones sino también muchos goles, son los mismos que ahora dirán que jugamos como equipo pequeño. Pues os digo una cosa, a mi me da igual como se juegue siempre que lleguen las victorias. Como la del sábado.