Hoy con Leleman venía pensando en… el inicio de liga. En mi caso esta será la vigésimo quinta temporada siguiendo al Valencia en la radio. La número 21 aquí en Onda Cero.
Porque yo empecé cuando Luis Aragonés era entrenador del Valencia. El verano de la llega de Romario. Tenía apenas 22 años y llegaba a la radio cargado de ilusión: ejercer de periodista, mi vocación, y encima poder estar cerca de ese club al que llevaba en mi corazón. ¿Qué más se podía pedir?
Ahora con las bodas de plata, los 25 años, hecho la vista atrás y me siento un privilegiado de haber podido trabajar en aquella final de Sevilla de Copa, en las de París y Milán de Champions, en los dos títulos de liga, en el de UEFA en Goteborg y Supercopa en Monaco, en el de Copa del Calderón y el Benito Villamarín. 25 años que dan para mucho: para todos esos buenos momentos y también para algunos malos como aquella eliminación de UEFA con el gol de M’bia por poner un ejemplo. Es lo que tiene el fútbol de los menos poderosos: que no siempre ganas y cuando lo haces lo disfrutas más que nadie.
Llega una nueva temporada y aunque hayan pasado 25 años desde que pisé Mestalla con un micrófono en la mano os puedo asegurar que la ilusión es la misma que la de aquel día. Porque aunque vengas de una temporada horrible, el fútbol tiene estas cosas: que cuando arranca la nueva temporada te vuelves a ilusionar con la esperanza de que vuelvan aquellos éxitos que ya viviste hace algún tiempo.
Aunque crezcas, te hagas mayor y eches de menos algunos de aquellos momentos hay algo que el fútbol siempre te devuelve año a año: la ilusión del comienzo.