Se trata de una campaña por medio de la que se busca sensibilizar sobre los efectos del consumo de drogas en la conducción, tratando de erradicar el mismo y reducir con ello los accidentes de circulación relacionados directamente con ese consumo. No en vano, según datos de la OMS, cerca de 1.300.000 personas pierden la vida todos los años en el mundo y 50 millones resultan heridas como consecuencia de accidentes de tráfico.
La Fundación Mapfre ha llevado hasta la sede ilicitana de la universidad privada un simulador y otras pruebas para que los jóvenes conozcan y experimenten cuáles son los efectos de conducir después de haber consumido drogas y alcohol.