Mayte Parra Almiñana | EXALCALDESA DE IBI

“Si las alegrías se comparten, también los sufrimientos; y en política se sufre mucho”

Mayte Parra habla por primera vez de las acusaciones de corrupción que le obligaron a dimitir como alcaldesa en el pueblo de Ibi

Javier Martínez Rodríguez

Elche | 01.05.2020 17:23

Mayte Parra, exalcaldesa de Ibi y exdiputada de las Cortes Valencianas.
Mayte Parra, exalcaldesa de Ibi y exdiputada de las Cortes Valencianas. | Javier Martínez

Mayte Parra Almiñana es una vecina muy conocida en la localidad alicantina de Ibi. Fue alcaldesa durante diez años y diputada otros diez, hasta que las acusaciones que no quedaron demostradas contra su persona le hicieron dimitir del cargo. AlejadA de los focos rompe su silencio para dar a conocer su versión acerca de lo que ha sucedido en torno a su persona.

¿Qué relación mantiene con la política?

Ninguna. Para estar en esta profesión, tienes que tener una clara convicción y que te guste trabajar, crear, ver que es posible cambiar tu municipio, mejorar tu comunidad, tu país… De lo que soy consciente y siempre lo he sido es que la política tiene que ser de paso. No puede ser una profesión de la que dependa económicamente tu familia y tú, sino que debe ser una vocación. Evidentemente, está muy bien retribuida y quien no lo quiera reconocer no es sincero, aunque tiene fecha de caducidad.

¿Se arrepiente de haberse dedicado a esta profesión?

No me arrepiento en absoluto de haber sido política. Yo tengo una clarísima vocación, hasta el extremo de que siendo licenciada en Derecho, mi primera opción de estudios hubiese sido, sin ninguna duda, Ciencias Políticas. No me concibo como una persona al margen de esta profesión. La experiencia política me ha dado un amplio bagaje en la vida. A mi edad puedo decir que soy una gran analista, con capacidad para predecir con bastante certeza y acierto futuras situaciones respecto a partidos.

¿Qué tiene que decir sobre todas las irregularidades de las que se le acusó?

En política es importante, para los que ostentan cargos, salir con grandes titulares positivos, pero pienso que a cualquier persona que se dedique a la política también le salpican aspectos negativos. En mi caso, irregularidades de las que se me han acusado porque no soy ninguna excepción. Sí que es verdad que, en mi caso, las acusaciones fueron, como llamamos en terminología política ‘fuego amigo’ porque se lanzaron desde mi propio partido (Partido Popular).

¿Cómo cerró esos polémicos episodios?

El recorrido judicial de las acusaciones en mi contra mientras he ostentado un cargo político ha sido escaso. Jamás he sido imputada por un hecho delictivo. Evidentemente, cuando las acusaciones son aprovechadas por el contrario y cuando los periódicos te tienen en sus páginas, eso va mermando tu imagen, y poco a poco te van erosionando y desgastando. Recorrido judicial ninguno, pero el desgaste en cuanto a la imagen fue increíble.

¿Le afectaron las calumnias en su trabajo como diputada?

Esas acusaciones que sufrí sí que lograron desgastarme, hasta el extremo de que por pocos votos, pero sí los suficientes, perdimos una mayoría absoluta. Otros partidos aprovecharon para exigir que dimitiese. Tuve que dejar mi cargo como alcaldesa, aunque posteriormente yo continúe con mi actividad en las Cortes Valencianas. Pero en política, sin ninguna duda, lo que cuenta dentro de cualquier partido es el poder territorial. Si tú eres alcalde o alcaldesa, tienes un poder territorial que te avala. En el momento que lo pierdes, tu peso en el partido político deja de ser relevante.

¿Recibió el apoyo de sus familiares y de sus seres queridos?

Por supuesto. La política puede ser algo muy satisfactorio por los logros que consigues. Cuando ganas unas elecciones, a nivel personal, desde luego que es un hito para los tuyos y para ti, pero tiene la otra cara de la moneda: detrás también tienes una familia que lo sufre tanto como tú y se ve impotente. Eres una persona con hijos, pareja, padres y hermanos, y si las alegrías se comparten, también los sufrimientos; y en política puedo decir que se sufre mucho.

A pesar de no haber sido nunca imputada, ¿cómo quedó su imagen tras las acusaciones?

El tiempo pone a cada cual en su lugar. Las obras, las mejoras, los servicios que logré para mi pueblo, ahí están. Creo que fue una década importantísima. Cada vez que yo paseo por mi pueblo y veo todo lo que hice, pues ahí está y perdurará en el tiempo. ¿Lo demás? Lo bueno se olvida… lo malo también y lo que quedan son las mejoras que conseguimos para el pueblo.

¿Ha tenido problemas para encontrar trabajo?

Pues seguramente si no hubiera sido capaz de aprobar una oposición y seguir estudiando como estoy, a pesar de tener dos licenciaturas, creo que sí los hubiese tenido. Sobre todo porque siendo mujer y ya con una edad, no es fácil. Cuando a los 30 años dejas tu despacho y te dedicas 20 años a la política, te toca empezar de cero. Y yo tenía claro que empezar de nuevo era muy complicado.

Después de todo, ¿cómo es un día normal en su nueva vida?

Como he dicho, tengo mi plaza de funcionaria y a mí jamás me ha faltado trabajo. Afortunadamente, hay vida más allá de la política.