La imagen que ofreció el equipo entrenado por Unai Emery distó mucho de la del conjunto eléctrico que resultó ser en los primeros meses de competición. Los amarillos no pudieron mostrarse en la mayor parte del partido superiores a su rival y acabaron pagándolo con una derrota. Tras sumar tan sólo cuatro de los últimos 15 puntos, los castellonenses han visto cómo se diluyen sus opciones de pelear por la Liga de Campeones toda vez que rivales, como el propio cuadro bético, se acercan en la tabla clasificatoria.
La plaga de bajas que los azulejeros ha sufrido en los dos últimos meses de competición han acabado por pasar factura a un Villarreal que ha acusado las ausencias y el cansancio acuulado en varios de sus principales futbolistas. Un problema que ha llegado justo cuando varios de los objetivos castellonenses estaban en juego. De esta forma, y de la misma forma que la Champions comienza a ser un quimera tras los últimos resultados, quedaron eliminados de La Copa del Rey en cuartos de final. De la misma forma esta semana regresa la competición europea donde el próximo jueves viajarán a Salzburgo para jugar el primer partido de la eliminatoria ante el cuadro austriaco. Un nuevo tropiezo a estas alturas de competición marcaría, para mal, la temporada.