Pese a que la puesta en escena de los castellonenses fue buena en el estadio de Montilivi y dominaron en los instantes iniciales del partido, estos se fueron apagando con el paso de los minutos y ante su habitual incapacidad para hacer daño en la portería rival y materializar el dominio en goles. Fruto de ello el Girona fue entrando en el partido y cobrando más presencia con el paso de los minutos . Los catalanes, a diferencia de los de La Plana, demostraron efectividad ya convirtieron en goles sus dos ocasiones antes del descanso.
En la segunda mitad, Garrido, apostó por dar entrada a Marc Mateu y David Cubillas. En la recta final una gran combinación entre Cubillas y Rubén Díez acabó con un gol de Señé que sirvió para recortar diferencias y dar vida a los albinegros. Pese a ello no fue suficiente para poder regresar con algún punto de tierras catalanas y evitar una nueva derrota. La cuarta consecutiva que pone cada vez más cara la salvación.