Edgar Bresó, buenas tardes. ¿Qué es eso de la Disonancia Cognitva?
Antes de empezar, permíteme que te cuente que, desde hace días, tenía preparado para hoy otro tema para el programa, pero ayer, mi pareja me dijo algo que me hizo pensar que, tal vez, podría ser interesante que hoy hablásemos de uno de los conceptos más famosos y utilizados en la psicología social para explicar la conducta humana y este concepto es precisamente la Disonancia Cognitiva.
¿Y cuéntanos, qué es eso que te dijo tu pareja y que te hizo cambiar el tema de hoy?
Me dijo que una amiga le había dicho que no debía ponerle gasolina a su coche de una gasolinera “low cost” porque ese combustible era muy malo y que debía repostar en las gasolineras… digamos “caras” que es dónde está el combustible de calidad. Y tú dirás, y ¿Qué tiene que ver eso con la Disonancia Cognitiva y con la psicología no? Pues, al final del espacio de hoy lo vamos a descubrir.
Empecemos por el principio, ¿Qué es eso de la Disonancia Cognitiva?
La disonancia cognitiva es un concepto introducido por Leon Festinger en los años 50 y se refiere a la incomodidad que sentimos cuando mantenemos dos o más actitudes o conductas que son contradictorias entre sí (por ejemplo, lo típico de comerse una tarta de chocolate de postre y después pedir sacarina en el café). Este conflicto interno nos impulsa a buscar formas de reducir esa tensión para así recuperar cierta coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos.
¿Y tú Luís, eres de los que piden sacarina porque te gusta el sabor de la sacarina?
Festinger realizó un experimento en el que observó que cuando las personas nos enfrentamos a informaciones contradictorias, tendemos a buscar maneras de minimizar esa discrepancia.
Lo que hizo Festinger es citar a los participantes de un estudio a que realizaran una tarea monótona y muy aburrida que consistía en clasificar una serie de péndulos, una tarea que totalmente estúpida (y eso era lo más importante que la tarea fuese cero motivadora y nada gratificante). Además, los sujetos se dividieron en dos grupos:
Grupo con Baja Recompensa: Recibían una compensación mínima ($1)
Grupo con Alta Recompensa: Recibían una cantidad mayor (unos $20)
Una vez finalizada la tarea, se pidió a los participantes que convencieran a un supuesto futuro participante (en realidad un cómplice del experimentador) para que la hiciesen. En realidad se les pedía que mintiesen, diciendo que la tarea no era aburrida y que merecía la pena hacerla (que tenía algún sentido)
¿Qué crees que sucedió? ¿Crees que hubo diferencias entre los participantes que recibían más dinero o menos en la capacidad para mentir?
El aspecto crucial era que, al mentir, los participantes en el grupo que recibió solo 1 dolar no tenían ninguna razón externa suficientemente valiosa para justificar la mentira. Esto creó una situación de disonancia: si decían que la tarea era interesante pero realmente la habían encontrado aburrida, se enfrentaban a una incoherencia interna. Se sentían estúpidos porque habían estado perdiendo el tiempo por 1 dólar y encima ahora debían mentir y convencer al otro.
Así, mientras que en el grupo de 20 dólares, la cantidad que ganaban era una justificación suficiente para el engaño (tenía sentido hacer algo estúpido pero al menos ganabas 20 dólares) y no se experimentaba disonancia, en le grupo de 1 dolar, lo que hacían los sujetos al preguntarles después era manifestar y convencerse a sí mismos de que, en realidad no era tan aburrido… que algo de interés tenía.
Este experimento es fundamental para comprender cómo las personas manejamos esa contradicción entre nuestras creencias y nuestras acciones (lo que hacemos y lo que pensamos).
Decisiones de consumo:
Imagina que compras un electrodoméstico caro esperando que tenga una larga durabilidad. Sin embargo, luego descubres muchas reseñas que dicen que es de mala calidad. La disonancia cognitiva surge porque, por un lado, querías un producto de calidad, y por otro, estás recibiendo información que pone en duda tu elección. Para reducir esta incomodidad, lo que haces es buscar, por ejemplo, feedback positivo de un familiar que respalde tu compra.
Estilos de vida y hábitos:
Muchas personas que practican conductas consideradas “no saludables” (como fumar o comer en exceso) pueden experimentar disonancia cognitiva al saber que dichas acciones van en contra de la recomendación de mantener una vida sana. Para manejar este conflicto, solemos minimizar los riesgos (“muchos fumadores viven mucho tiempo”) o enfatizar los beneficios momentáneos de sus acciones (“fumar me relaja”).
Y todo esto, ¿Qué tiene que ver con tu historia de la gasolinera?
Bueno, pensemos que hay empresas que deciden vender un producto de similar calidad más caro que otras ya que eso es una estrategia de marketing y de generar marca pero, para muchas personas pensar que están pagando más por algo que otro está pagando menos le puede crear cierta disonancia y necesitamos una excusa que nos deje tranquilos. En este caso sería aludir a la calidad del producto aunque es algo de lo que nosotros no tenemos ninguna prueba objetiva y, además, sabemos que la mayor parte de camiones que transportan combustible para unas empresas y otras, cargan de la mismas plantas de distribución pero nos deja más tranquilos (más tranquilas en este caso) pensar que la diferencia en el precio radica en la diferencia de calidad (digamos que es más coherente con nuestra actitud y creencia).
A este proceso, lo llamamos Racionalización (mecanismo para minimizar la Disonancia cognitiva) Buscamos explicaciones o excusas que permiten justificar comportamientos o creencias disonantes. Por ejemplo, un consumidor compra un producto caro y luego se entera de que existen opciones más económicas pero se convence diciendo a sí mismo que la calidad del producto justifica el precio (ej. Internet).
A modo de resumen final, ¿Cómo podemos huir de la disonancia cognitiva?
La disonancia cognitiva es una parte inherente de la experiencia humana y, en cierto sentido, "huir" de ella no es siempre posible ni deseable, ni tampoco sano. Sin embargo, sí es posible manejar y reducir el malestar que genera. Digamos que la disonancia no es mala pero puede ser desagradable y podemos minimizar las consecuencias negativas en nuestro bienestar con 3 sencillos pasos:
1. Auto-observación
Reconocer la disonancia: El primer paso es ser consciente de que experimentas una disonancia cognitiva. Para ello, una vez más, la práctica de la atención plena (mindfulness) te permite observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos de inmediato. Esta auto-observación favorece identificar patrones de pensamiento rígidos y abre la puerta a la flexibilidad mental.
2. Apertura a la crítica y la retroalimentación:
Estar abierto a críticas constructivas y a revisar tus convicciones a la luz de nuevos argumentos es esencial. Este enfoque colaborativo y flexible puede disminuir la rigidez mental y, consecuentemente, la disonancia. Es fundamental pensar que, por muy convencidos que estemos de algo (por ejemplo de que las low cost venden gasolina más barata porque es peor), tal vez podamos estar equivocados y no pasa nada. Es algo normal que puede suceder.
3. Aceptación y Flexibilidad
Aceptar la imperfección humana: Es importante reconocer que la disonancia cognitiva es parte natural del funcionamiento humano. A veces, aceptar que no se es perfecto y que es normal tener tensiones internas permite enfrentarlas con menos resistencia.
En lugar de ver la disonancia como algo a lo que huir, se puede interpretar como una oportunidad para el crecimiento personal. La incomodidad puede ser un indicador de que es momento de revaluar y, si es necesario, reconstruir algunas creencias o comportamientos.
Aunque no se puede eliminar por completo la disonancia cognitiva—ya que es parte del proceso natural de adaptación y toma de decisiones—aprender a gestionarla puede mejorar significativamente la calidad de vida y la autenticidad personal. Practicar la autoobservación, alinear creencias con comportamientos y mantener una actitud flexible y compasiva con uno mismo son estrategias clave para disminuir el malestar generado por la disonancia. De este modo, en lugar de huir de ella, se aprende a vivir con ella de una forma constructiva y enriquecedora.