Las empresas auxiliares de la construcción viven un momento de estabilidad después de los años duros de la pandemia, en los que se redujo la actividad, y la invasión rusa de Ucrania, que supuso un ascenso desmedido de los precios.
Una situación que se ha puesto de manifiesto en la asamblea que anualmente celebran en los días previos a la Navidad. Los periodos de inestabilidad política tienen su reflejo en la falta de obra pública, algo fundamental para estas empresas que viven en gran medida de la subcontratación.
Ahora, la llegada de fondos europeos y con ello más obra pública, han traído actividad aunque siguen preocupados por los precios y por la falta de regulación específica para garantizar el cobro de los trabajos subcontratados.