A los estudiantes les acompañarán 10 coordinadores y un profesor. Estarán allí hasta el 4 de marzo para realizar prácticas educativas, reforzando el castellano en las madrazas e institutos que hay en los campos de refugiados. Pero no solo el aspecto educativo es importante.
También la sensibilización y el intercambio cultural ya que los alumnos convivirán con familias saharauis y aprenderán lo duro que es vivir en las condiciones en las que se encuentra esta población, tal y como ha asegurado en Onda Cero la coordinadora del proyecto, Maite Bejarano.
También se trata de un viaje solidario ya que la expedición ciudadrealeña llegará a los campos de refugiados saharauis cargados de material escolar e incluso deportivo. Bejarano comentaba que cada alumno lleva 30 kilos de peso en la maleta, de los que la mitad se corresponde con material didáctico, como gomas, lapiceros, pinturas, bolígrafos o libretas, que se ha recogido en varios colegios de Ciudad Real.
Maite Bejarano asegura que esta iniciativa en el Sáhara marca mucho a los alumnos participantes porque se trata de una experiencia integral, en la que se mezcla lo profesional y las prácticas con lo sentimental y lo solidario.