El destino de las tres religiosas que permanecían en el convento es el monasterio de la calle Blasco de Garay en Madrid, comunidad con la que han tenido una relación cercana.
Ayer,17 de junio, fue la fecha marcada por la congregación para cerrar el Convento de Manzanares.
Más de trescientas personas arropaban a las monjas en una emotiva eucaristía de despedida celebrada por su marcha. De poco han servido las conversaciones del Ayuntamiento con autoridades religiosas y las más de 8.000 firmas recogidas en el pueblo para su continuidad.
Aunque no es lo importante ahora, ha dicho el alcalde de Manzanares, Julián Nieva, el equipo de gobierno del consistorio está preocupado por el futuro del edificio histórico, con más de cuatro siglos de antigüedad, aunque abordarán el tema “cuando corresponda”.