Ya está completo el Gobierno monocolor de Coalición Canaria. Las quinielas acertaron y el Presidente del Gobierno de Canarias Fernando Clavijo dio a conocer a sus nuevos consejeros sustitutos de los cesados socialistas tras la ruptura del pacto de legislatura. El presidente canario ha elegido para los cuatro puestos vacantes en su Ejecutivo a tres políticos de gran peso en Coalición Canaria: su secretario general, José Miguel Barragán, dirigirá Presidencia, Justicia e Igualdad; su vicesecretario, Pablo Rodríguez, asumirá la Vicepresidencia y la cartera de Obras Públicas; y una histórica del partido en el Cabildo de Tenerife, Cristina Valido, se hará cargo del departamento de Empleo, Política Social y Vivienda.
Pero la polémica ha llegado con el cuarto nombramiento, el del consejero de Sanidad que recae en un independiente que llega desde la sanidad privada: José Manuel Baltar, director de Operaciones del Grupo San Roque y vicepresidente de la patronal nacional del sector (ASPE), que en septiembre provocó una intensa polémica en las Islas al defender que con 16 millones de euros más de presupuesto público destinado a conciertos con hospitales privados bastaría para terminar en medio año con la lista de espera quirúrgica de Canarias (32.698 personas, con una demora media de seis meses, según los últimos datos oficiales).
Y aquí llega la gran pregunta: ¿variará la política de concertación sanitaria?. De momento ya tiene enfrente a los sindicatos de la sanidad pública. Uno de ellos ya ha provocado la dimisión en bloque esta semana de la dirección del HUC (Hospital Universitario de Canarias) que aludiendo a una falta presupuestaria se ha marchado tras la fuerte presión ejercida por las organizaciones de trabajadores.
En otro escenario, el del Parlamento de Canarias, la oposición tendrá que repartirse entre el Partido Socialista Canario, Podemos, Nueva Canarias, el Partido Popular y Agrupación Socialista Gomera (ASG). Patricia Hernández (PSC) volverá a ser azote del Gobierno pero con sus más de 10 años de experiencia en el Congreso y en el Senado lo que quizás de algo más de color a unos plenos muy desiguales entre unos y otros portavoces debido a la experiencia de unos y la escasa formación parlamentaria y política de otros.
Se descarta una cuestión de confianza y queda muy lejos la posibilidad de una moción de censura que haría necesario un cambio de rumbo en el PP y ASG.