El estudio ha detectado incumplimientos de la normativa en materia de depuración de aguas residuales a 4 de las 79 depuradoras que gestiona la Agencia Balear del Agua. Estas son las de Llubí y Vilafranca, en Mallorca, y las de Vila y Sant Josep de sa Talaia, en Ibiza. «En comparación con el informe presentado el año pasado, cuando eran ocho, son la mitad, por lo tanto, estamos revirtiendo la situación con las inversiones necesarias», ha señalado Rosselló quien ha destacado que ya se están ejecutando las actuaciones que paliarán estas carencias.
En Ibiza, está en ejecución un proyecto de mejora de la depuradora de Sant Josep por un importe de 113.416 euros. En cuanto a la depuradora de Vila, la cual genera por sí misma más del 98% del volumen de agua residual mal depurada del archipiélago, el conseller Mir se ha mostrado confiado en que el Estado cumpla con las últimas previsiones de ejecución de la nueva depuradora, presupuestada en 51 millones de euros, y que fue declarada de interés general en 2009.
Por su parte, Juan Calvo ha destacado que, en el conjunto del archipiélago, en 2020 se ha detectado un 35,5% del agua residual de alcantarillado con mala calidad, superando los valores máximos establecidos a la normativa y dificultando la adecuada depuración de las aguas residuales. Por islas, el porcentaje de incumplimientos es el siguiente: Mallorca 25,1%), Menorca (21%), Ibiza (63%) y Formentera (66,8%). En total, el agua residual del alcantarillado de 30 municipios no cumple con los requisitos de calidad.
Asimismo, la carencia de actividad turística provocada por la pandemia ha reducido en un 16,8% el volumen de agua depurada al archipiélago durante el 2020. Por islas, la reducción ha sido la siguiente: Mallorca (-18,32%), Menorca (-34,21%), Ibiza (-24,46%) y Formentera (-12,91%).