La empresa encargada de la labor cuantificó el incremento del vidrio en un 30% respecto al 2019. En el trasfondo está el botellón y los restos que se centralizaron en la parte posterior del campo.
Otros que también fueron al alza han sido las bolsas de plástico, los corchos y la madera. El responsable del servicio, Javier Bueno, reconoce que pese a todo hay gente que colabora evitando dejar la basura en el campo.
“Hay gente extraordinaria que lo deja todo en bolsas, y es cierto, que después están las gaviotas que las bolsas que están cerradas las abren en la búsqueda de comida”. Comentó al respecto que estaba sacando una media de 22 y 23 contenedores diarios "pues calcule usted por nueve o diez dias, porque despues ya es menos con los corchos y cristales".
Señaló que las labores se prolongaron durante 11 días en total, de los que unos ocho fueron los más intensos. En el lugar se encuentran desde; bolsas de basura llenas de desperdicios, cajas de cartón y sidra, envases de plástico y vidrio, restos de comida, papeles, lonas, piezas de los merenderos y madera, llenaban la zona después de un día en el que miles de romeros abarrotaron el campo de San Timoteo.
El operario que realiza esta labor desde el año 2008 señala que se tiene que hacer de forma manual si se quiere hacer bien, empleando como utensilios un pequeño contenedor, un rastrillo y una pala. La misión más laboriosa es la de extraer los cristales rotos y los corchos.
Agradece a la Cofradía de San Timoteo la confianza depositada en él y al Ayto. de Valdés por facilitar la logística necesaria.
