La seguridad alimentaria no es sólo para el verano, aunque las altas temperaturas representan uno de los principales factores de riesgo en las intoxicaciones por consumo de alimentos en mal estado. Pero la labor de los profesionales de esta materia va mucho más allá del verano o de prevenir las temidas salmonelosis. Los riesgos no son sólo microbiológicos, sino también físicos o químicos.
El jefe del servicio de Sanidad Ambiental y Seguridad Alimentaria, Antonio Español, explica que su trabajo consiste en gestionar los riesgos vinculados al consumo de alimentos como parte esencial de la protección de la salud. Este servicio cuenta con más de 300 inspectores que velan por el cumplimento de la normativa en comercios y establecimientos de hostelería o comedores escolares y de residencias.
Antonio Español asegura que el nivel de seguridad en Europa es muy alto. La normativa es muy estricta, especialmente desde que a finales del siglo pasado, cuando crisis como la de las 'vacas locas' obligaron a establecer sistema de normas y redes de información que minimizan el riesgo de que se comercialicen alimentos que supongan una amenaza para la salud pública.