A Lopetegui lo destituyeron por tener al equipo a un punto del descenso. Sampaoli lo tiene empatado con el Almería, que está en descenso. A sus órdenes, el Sevilla ha conseguido, en dieciséis partidos, cinco victorias, cinco empates y seis derrotas. Y lo que es peor: jugadores como Acuña diciendo que el problema "no es sólo el entrenador. Nos dan herramientas para sacar adelante los partidos y no las entendemos, o no sé". Realmente descorazonador. Como el rendimiento de jugadores como Jordán, Montiel o Rakitic. Como el nivel de la defensa. Como la cantidad de lesiones que sufre la plantilla continuamente. Y encima, cuatro partidos sin Fernando. En Almería, logicamente, no estará el brasileño pero tampoco el único que estaba ofreciendo algo distinto. Un Pape Gueye, cuya segunda amarilla se recurrirá, que supone la expulsión número 340 en la historia del Sevilla, convirtiendose el conjunto de Nervión en el equipo con las expulsados en la historia de la liga. Metan todo esto en una coctelera y como guinda le ponen que existe la posibilidad de que un juez se cargue al consejo de administración, ponga a un administrador judicial y éste convoque otra junta de accionistas y, muy posiblemente, Del Nido Benavente tome las riendas. Todo está en el aire. Y el aire está muy viciado.