Los cuatro negocios de restauración, han sido unos de los diecisiete establecimientos que han formado parte de este programa.
Como primer paso, este piloto ha calculado la huella de carbono del establecimiento a través del Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol), una herramienta internacional empleada para el cálculo de emisiones. En este análisis se han estudiado tanto las emisiones directas causadas por el negocio como las indirectas, derivadas de fuentes de emisión que son propiedad de otras entidades que no dependen del negocio, como puede ser el suministro eléctrico o el consumo de agua.
Gracias a este estudio de emisiones ha sido posible cuantificar el impacto de las actividades de cada uno de estos establecimientos. A partir del análisis realizado, estos disponen de información precisa de gran utilidad para conocer en qué áreas pueden introducir mejoras que les ayuden a ser más eficientes y, así, reducir los costes asociados a consumos eléctricos combustibles fósiles y consumo de agua.
Cabe señalar que tanto estos cuatro establecimientos, como el resto de los locales participantes ya habían puesto en marcha acciones, para minimizar su impacto como consecuencia de su concienciación y compromiso con el medio ambiente.