Ya fuera con resultados favorebles o con tropiezos tanto en casa como a domicilio, este Málaga mostró sensaciones de falta de ambición. Parecía estar enfundado en su mejor traje superado por rivales que lucían su mono de trabajo como Levante o Rayo Vallecano. Sin embargo, la victoria sobre el Villarreal nada tuvo que ver con estos partidos. La expulsión de Toulalan convirtió en guerrilleros a jugadores como Van Nistelrooy o Cazorla, liderados por un descarado Isco. El joven futbolista de Benalmádena supo leer mejor que nadie los últimos 20 minutos de partido -15 más prolongación- que se plantearon tras la expulsión del francés, pieza básica por el equilibrio que aporta en el campo. Los arreones del Villarreal morían en la muralla numantina dispuesta por el diezmado Málaga. Victorias como esta se saborean más.
El comienzo no pudo ser más esperanzador. Toulalan remataba de cabeza un saque de esquina lanzado por Cazorla. Sólo se habían jugado 3 minutos y el Málaga ya mandaba en el marcador. Pero emergió la figura del deseado Borja Valero. Si el centrocampista del Villarreal ya era objeto de deseo de los malaguistas, desde este partido se convierte en una obsesión. Todas sus jugadas generaban peligro y una de ellas acabó en el gol de Marco Ruben en el min 16.
Los jugones tenían que aparecer y el turno de Isco se presentó pronto. El futbolista fichado del Valencia arrancó desde el centro del campo para acompañar a Rondón en el ataque y aprovechar el rechace del portero rival Diego López para perforar el marco contrario. Era el segundo gol y el que selló la victoria malaguista.
La historia del segundo tiempo se resume en los últimos minutos con la superioridad numérica del Villarreal por la expulsión de Toulalan -el árbitro fue muy criticado por los dos bandos- y el paradón de Caballero a lanzamiento de una falta directa firmada, como no, por Borja Valero cuando aún faltaban 15 minutos para el final.
Este tres puntos son un revulsivo de autoestima para el Málaga que, de esta manera, se mantiene quinto con 23 puntos a 3 de la cuarta plaza que ocupa el Levante.