Fue con la segunda vuelta de Fernando VII, en la Década Ominosa, desde 1823 hasta 1833, cuando se llevaron a cabo persecuciones y ejecuciones a liberales, como a Mariana Pineda. En 1831. Un año antes de que naciera Isabel II, que posteriormente reinaría también en un momento de maremágnum político, algo no tan raro en la historia de este nuestro país. Tiempos complicados que no lo serían menos con los carlistas. Pero eso ya es otro cantar.
Volvamos mientras tanto a lo que nos atañe: Mariana Pineda. Ahondaremos en su figura. Porque tras su ejecución pasó a ser considerada una mártir. Ayudó a muchos presos políticos, liberales encarcelados en Granada por las fuerzas absolutistas, a escapar. Y su casa se convirtió en refugio para muchos. Tras su ejecución su figura ganó popularidad.
Granada triste está
Porque Mariana Pineda
A la horca va
Hubo una operación para salvarla durante su “paseíllo” hasta el Campo del Triunfo donde fue ejecutada y donde se puede ver la cruz en su honor. Pero falló dicho operativo. Desvelaremos sus claves con la historiadora y arqueóloga Paula Sánchez. Y sus restos también dieron muchas vueltas hasta ser depositados de forma definitiva en la cripta de la Catedral de Granada.