El Granada CF perdió ayer ante Osasuna porque fue inferior a Osasuna, de igual manera que el pasado jueves perdió en el Coliseum porque fue inferior al Getafe. Son verdades que parecen de perogrullo. Pero la triste realidad es que esa inferioridad, con independencia de que pueda venir en parte por la falta de acierto de algunos futbolistas, tiene un primer responsable, el técnico Robert Moreno. El equipo salió a merced de los navarros con la elección de un centro del campo inferior al contrario, con ni uno solo de los dos hombres que actuaron en la parcela ancha con cualidades de contención defensiva, ni Montoro ni Milla responden a ese perfil. Por contra los tres que actuaron en esa zona por parte rojilla, Lucas Torró, Moncayola y Brasanac, superaron con creces a los rojiblancos, fruto de lo cual los de Arrasate superaron ampliamente la primera parte del encuentro y gozaron de las mejores ocasiones para marcar. El Granada CF sólo entraría en calor a partir de la media hora, con una ocasión de Antonio Puertas que pudo adelantar a los suyos. Pero salvo esa oportunidad, poco a nada más se supo del juego de los locales.
En la segunda parte aparecieron los errores de siempre
En la segunda mitad aparecieron los fantasmas del balón parado, que es uno de los handicaps más evidentes de Robert Moreno. Así, nada más comenzar el segundo periodo un saque de esquina a favor de Osasuna sirvió para que David García marcara a placer el primero del partido. Al final, ya con Gonalons en el campo para solucionar el desaguisado de la primera parte, con los rojiblancos a tumba abierta para conseguir el empate, llegó uno de los contrataques visitantes en el que Kike García hizo el definitivo 0 a 2. Este Granada CF vuelve a ser el del comienzo de temporada, un equipo sin rumbo ni patrón. Esperemos qué ocurre en el reinicio de campeonato, con la visita de los granadinos al Santiago Bernabéu.
