La convulsa semana que ha vivido el Real Madrid -|||fiesta de cumpleaños de Cristiano- se cerró con una victoria (2-0) con poco brillo ante el Deportivo. Los de Ancelotti hicieron lo más importante, sumar tres puntos y mantenerse como líderes de la Liga BBVA, aunque no despejaron las dudas. El tanto de Isco tumbó a un Dépor que dejó una buena imagen en Chamartín.
Pese al triunfo, la maquinaria blanca sigue sin estar engrasada. Ancelotti volvió a presenciar como el centro del campo formado por Kroos, Illarramendi e Isco perdía el gobierno del partido. Víctor Fernández tomó buena nota de los apuntes de Simeone y volvió a romper en dos al Real Madrid, un equipo que hace tiempo solo juega en las áreas.
En esa zona del campo fue donde se decidió el partido. Primó la pegada del Real Madrid y la falta de acierto del Deportivo. El cuadro gallego gozó de ocasiones inmejorables en los dos inicios de cada parte. Casillas salvó dos remates clamorosos de Cavaleiro y Cuenca y el poste evitó el tanto de Borges.
El murmullo en el Bernabéu fue de menos a más conforme transcurría el partido y apenas encontró motivos para la ilusión: alguna carrera de Bale, un Isco imperial, el debut de Lucas Silva, del que se espera de equilibrio al equipo...
El malagueño, ante la ausencia de las grandes estrellas, se ha convertido en la pieza clave del equipo. Ante el Dépor lo fue en ataque e incluso en defensa, donde sacó un balón peligrosísimo a Cavaleiro.
Capitulo al margen para Cristiano Ronaldo. El portugués ha sufrido un bajón considerable en su juego desde que comenzó el 2015 y el Real Madrid sigue sufriendo el mal momento de su estrella. Su compromiso está fuera de toda duda, pero hace tiempo que las cosas no le salen como quiere. Lo que antes iba adentro ahora es un resbalón o un remate que roza la portería.
El tanto de Benzema, tras la enésima contra blanca, dio tranquilidad al Real Madrid y permitió a Ancelotti dar descanso a hombres clave como Isco o el propio Benzema ante la llegada de la Champions. El Real Madrid ya no enamora, solo gana a la espera del duende perdido.