Oyentes: Los mayores desastres culinarios

Conchi de Toledo nos habla de la primera vez que usó un microondas. "Puse una lata de callos en una vasija de barro, 25 minutos a máxima potencia", cuenta, y añade que cuando volvió a por ellos se asustó al ver la cazuela vacía: "Pensé que se habían desintegrado, pero estaban todos pegados en la parte de arriba". Y recuerda que una vez una tía suya hizo un bizcocho "con siete sobres de levadura". "Me llamó diciendo que se le salía el bizcocho por el balcón".

Desde Madrid nos llama Pepita para contar su experiencia con una tortilla de patatas. Dice que le dio la vuelta sobre el fregadero y se le cayó, aunque la recogió y la terminó de cocinar. "Cuando me puse a partirla salió el tapón del fregadero", que se había colado dentro. "Todos se empezaron a reír pero aun así se la comieron", asegura.

Nos vamos a Zaragoza, desde donde Juan rememora una anécdota con las rosquillas de su abuela. "Era un poco desastre en la cocina, pero mi abuelo, que le gusta todo, se comió unas cuantas", explica. Pero cuál fue la sorpresa cuando vieron que se había confundido y no había usado harina sino yeso. "Se lo dijo a mi abuelo y él contestó 'pues están bien buenas', cogió otra y se fue", recuerda.

Y Miguel, de Madrid, nos cuenta que una vez su mujer y él quisieron hacer un huevo pasado por agua pero en el microondas: "Oímos una explosión y cuando fuimos a ver pensando que era el gas, nos encontramos con la puerta del micro abierta y el huevo reventado por todas partes, hasta en la pared de la cocina".