Una de las noches más alegres para el Atlético de Madrid coincidió con una de las más aciagas para el celtismo. La victoria de los de Simeone en Balaídos certificó la tercera plaza y la clasificación directa para la Liga de Campeones para el equipo rojiblanco el mismo día en que el Celta quedó muy tocado y con pie y medio en segunda. Los goles de Diego Costa, Juanfran y Falcao dejaron helada a la afición de Balaídos.
Hace tiempo que el Atlético sabe manejar este tipo de partidos, probablemente desde la llegada de Simeone. Salió a Balaídos con la seguridad necesaria para no dejarse intimidar por una hinchada volcada con su equipo. Pronto demostró Falcao que habían ido a Vigo a por la victoria, una malísima noticia para el Celta.
El dominio del Atlético, cosas del fútbol, no se reflejó en el marcador ni en las ocasiones. Fue el Celta el que gozó de la primera ocasión con un trallazo de Krohn-Dehli que desvió de forma poco ortodoxa un inspirado Courtois. Pero el fútbol normalmente suele dar la razón al juego y fue el Atlético el que lo propuso de forma más clara y convincente.
A la media hora Adrián perdonó una gran ocasión tras una maniobra perfecta de Falcao que cedió al corazón del área cuando el asturiano rompía por el centro. No se arrugó el Celta y en el final de la primera parte puso cerco a la meta de Courtois. Oubiña perdonó a dos metros un disparo que se cantó como gol en la grada de Balaídos.
En el descanso Simeone metió a Tiago en lugar de Mario Suárez. Dio con la tecla y su equipo tardó un minuto en marcar el primero. Miranda prolongó de cabeza en el primer palo y Digo Costa marcó a placer con la testa en el segundo. El Celta trató de reaccionar pero Courtois se puso la capa de Superman para volar a un disparo de Augusto Fernández.
Acto seguido Juanfran silenció Balaídos con un disparo desde la frontal que se convirtió en el segundo tras tocar en un defensa. Abel Resino tiró de banquillo pero su equipo estaba sin ideas, plano en ataque. Cuando todo parecía perdido apareció Augusto Fernández para marcar con ayuda de Courtois.
Quedaban menos de diez minutos. Balaídos recuperó la fe pero Falcao decidió no dar falsas esperanzas. Con el Celta volcado, cazó un balón a la contra, recortó a su defensor y la clavó por arriba. El billete para la Champions la casi sentencia para el Celta.
A los de Abel Resino les quedan tres jornadas para obrar lo que se presenta como un milagro para seguir en Primera la próxima temporada. Una temporada en que el Atlético jugará en la Champions con todo merecimiento.
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