Tiene 24 años. Nació en Baiona, en Lugo y hablar con él es asistir a una clase de historia. Creció rodeado de panfletos, de cartas enviadas desde el frente, de fotografías y de documentos antiguos.
Dice que “es lo que tiene criarse rodeado de gente mayor”. De su bisabuela heredó la pasión por la conservación documental y la investigación histórica. A los 9 años ya sabía que lo suyo era la historia. Se convirtió en el usuario más precoz del Archivo Histórico de Baiona. Tenía 14 años cuando cruzó sus puertas por primera vez. Desde entonces ha buceado entre miles de papeles para descifrar los misterios que le contaba su bisabuela.
Con 15 años comenzó a trabajar en un campo poco investigado, el de la toponomía, y hoy es autor de una minuciosa investigación que le ha llevado a distintos cursos y congresos. Al llegar a la universidad, ya sabía leer los documentos de los siglos XVII y XVIII, cuando ninguno de sus compañeros aún lo hacía. Hoy, graduado en Historia y con un master de profesorado por la Universidad de Santiago, estudia para su tesis en uno de los centros de investigación histórica más importantes del mundo, el Archivo Secreto del Vaticano.
Este erudito de la historia, que escribe artículos desde los 15, se llama Anxo Rodríguez y en sus manos tiene una de las llaves que dan acceso a doce siglos de historia.