Minuto económico: "Las dos torres"

Minuto económico: "Las dos torres"

Los atentados contra las Torres Gemelas dieron lugar a una década de transformación en las relaciones políticas y económicas del Planeta. Estados Unidos no tenía rival antes del 11 de septiembre del 2001, llevaba algo más de una década saboreando las mieles del triunfo sobre el bloque soviético. Lo que quitaba el sueño al Pentágono y a la Casa Blanca, en términos estratégicos, era la sombra cada vez más alargada de China. Pero las guerras de Afganistán e Irak supusieron un gasto de centenares de miles de dólares para un Washington con más dificultades de las previstas para financiarlas. Para completar el puzzle, llegó la crisis económica mundial. En estos años, Estados Unidos ha sufrido económicamente, pero quien más lo ha hecho ha sido su principal aliado, Europa, que muestra semana a semana su debilidad de liderazgo y su incapacidad para adaptarse a un mundo cada vez más competitivo, donde no sólo China es el competidor, si no también India, el sudeste asiático o Latinoamérica. Pero Europa sigue enfrascada en su laberinto político, en su falta de dirección. Lo último son los cada vez más intensos rumores sobre la quiebra de Grecia, esto enerva a los mercados, pero más cuando Alemania filtra que tiene un plan B. Ya no confía en el plan A que nos ha vendido. Por cierto, el Plan B germano sólo es para sus bancos. Suenan las trompetas del sálvese el que pueda. Para colmo surgen divisiones en el Banco Central Europeo. El alemán Stark dimite por estar en contra de la compra de deuda de España o Italia. Al menos los halcones emigran, escaso consuelo cuando vemos incendiarse al BCE, el único camión de bomberos disponible.
Los atentados contra las Torres Gemelas dieron lugar a una década de transformación en las relaciones políticas y económicas del Planeta. Estados Unidos no tenía rival antes del 11 de septiembre del 2001, llevaba algo más de una década saboreando las mieles del triunfo sobre el bloque soviético. Lo que quitaba el sueño al Pentágono y a la Casa Blanca, en términos estratégicos, era la sombra cada vez más alargada de China. Pero las guerras de Afganistán e Irak supusieron un gasto de centenares de miles de dólares para un Washington con más dificultades de las previstas para financiarlas. Para completar el puzzle, llegó la crisis económica mundial. En estos años, Estados Unidos ha sufrido económicamente, pero quien más lo ha hecho ha sido su principal aliado, Europa, que muestra semana a semana su debilidad de liderazgo y su incapacidad para adaptarse a un mundo cada vez más competitivo, donde no sólo China es el competidor, si no también India, el sudeste asiático o Latinoamérica. Pero Europa sigue enfrascada en su laberinto político, en su falta de dirección. Lo último son los cada vez más intensos rumores sobre la quiebra de Grecia, esto enerva a los mercados, pero más cuando Alemania filtra que tiene un plan B. Ya no confía en el plan A que nos ha vendido. Por cierto, el Plan B germano sólo es para sus bancos. Suenan las trompetas del sálvese el que pueda. Para colmo surgen divisiones en el Banco Central Europeo. El alemán Stark dimite por estar en contra de la compra de deuda de España o Italia. Al menos los halcones emigran, escaso consuelo cuando vemos incendiarse al BCE, el único camión de bomberos disponible.