opinión

Monólogo de Alsina: "Presidente Sánchez, ¿lo que hizo Morenés con Torra fue cumplir con su obligación de embajador o buscar la confrontación?

Oiga, qué piel más fina, eh. Qué delicado es el cutis de este señor tan sonrosado al que sentó Puigdemont en la poltrona del poder en Cataluña.

ondacero.es

Madrid | 29.06.2018 08:22

Cuánto le escoció que el embajador que tomó la palabra después de él le desmontara el mítin del raca raca. Cuánto le molestó que el embajador le recordara en qué consiste el cargo institucional que desempeña: presidente de todos los catalanes en misión promocional de la cultura que es de todos. Es tradición de los puigdemones por el mundo confundir los discursos con las arengas, los viajes oficiales con las excursiones de partido, el Smithsonian con un plató de TV3 y la hospitalidad con el derecho de pernada. A las réplicas no están habituados. Por eso, cuando alguien en representación del Estado español les replica, chico, se les atraganta.

Bastó que el embajador Morenés le pinchara un poco a QuimDeTorra para que éste huyera de allí como si lo estuviera desorejando. "Es que me ha llamado mentiroso", se dolía fuera, tan afectado. Hombre, si no dijeras mentiras nadie podría llamártelo. Pero es que el embajador no llegó a tacharle de mentiroso. Morenés, en realidad, estuvo muy diplomático. Hizo una intervención elegante, trató a Torra de molt honorable y pudiendo haber llamado bullshit a todo lo que éste había soltado antes se limitó a calificarlo de propaganda. Eso fue lo que dijo Morenés: "permítanme que corrija esta propaganda que el señor Torra difunde, para que nuestros amigos americanos tengan los datos".

Si Morenés hubiera querido ser cruel, regodearse, ensañarse, no habría leído los seis folios que llevaba escritos, habría leído los artículos que publicó Torra despreciando a los catalanes que, a diferencia de él, están muy satisfechos de formar parte de España. Agarra Morenés dos o tres artículos y quince o veinte tuits y no hace falta que haga más discurso.

Inspira ternura ver a Torra recriminándole al embajador que incumpla sus obligaciones institucionales. ¡Torra! Que aún no ha dicho una palabra sobre cuándo piensa empezar a dialogar, y a reconocer los derechos, de la mitad de la sociedad catalana que no está ni por la independencia ni por el proceso.

Hoy la pregunta es: esto que hizo Morenés, ¿es cumplir con su obligación de no dejar pasar una mentira que perjudica el crédito de España o es buscar la confrontación con el gobierno de Cataluña? ¿Pedro Sánchez aplaude lo que hizo el embajador o habría preferido que no dijera nada? Como quien oye llover. Como quien tiene a Rufián a cinco metros predicando que España tiene secuestrado a Junqueras y hace ver que no se ha enterado.

¿Sánchez hace suya esta declaración nítida de Borrell…o entiende Sánchez que el discurso del embajador es buscar la confrontación?

Una delgada línea separa el afán de conciliar del apaciguamiento cándido. El amor por el diálogo de la dejación de funciones..

Ayer dijo el presidente que los presos políticos en España no existe y que él ya lo ha afirmado así muchas veces. Es verdad. Lo ha dicho muchas veces. Y lo tendrá que seguir diciendo cada vez que un dirigente independentista le diga que sí que los hay, secuestrados en una cárcel española. Es posible que tener que repetirlo canse, pero……no haberte pedido presidente.

Las obligaciones las da el cargo y eres lo que eres. El presidente del gobierno de España. No Koffi Annan. No eres un un mediador que intenta no incomodar a ninguna de las partes. Eres el jefe del Ejecutivo del Estado que Torra intenta desacreditar cada jornada. Ni siquiera eres una de las partes porque aquí no hay dos partes homologables. Confrontar con quien está intentando usarte en su beneficio es obligado. Con mesura, con educación y con diálogo. Pero contrarrestando, sí, la distorsión con los hechos.

Se entiende que lo que el presidente le está diciendo ya a Joaquim Torra y su parroquia es que abandonen toda esperanza de que la autodeterminación catalana sea asumida por el gobierno de España. Cuanto más claro lo diga sin necesidad de que se le interprete tanto mejor. Sánchez desinfla esta nueva campaña que han lanzado a pachas QuimDeMont y su embajador en Madrid, Pablo Iglesias: la cantinela ésta del referéndum pactado. Ah, que ya no es unilateral, oiga, que somos gente tan cordial y tan dialogante que estamos dispuestos a pactar con usted las condiciones del referéndum, que generosidad por nuestra parte, eh, permitirle que opine sobre la fecha y sobre la pregunta a la vez que decimos que el referéndum bueno ya lo hicimos, el primero de octubre, y que al mandato popular que salió de él nos debemos.

Esto del referéndum pactado es un artificio, una milonga, un trampantojo. El único pacto posible es para la reforma de la Constitución previa consulta a todos los ciudadanos. El resto es bullshit, o propaganda. Ahora le llamarán pactado a lo que antes llamaron derecho a decidir. Pero basta quitarle la cáscara para que aparezca siempre lo que es: la autodeterminación. Atribuirle a una parte de la sociedad (los catalanes) una decisión que corresponde a la sociedad entra (los españoles).