Las frases hechas tienen mucho peligro.
Decimos que, "cuando menos lo esperas, salta la sorpresa", pero todo el mundo sabe que las sorpresas no tienen patas.
Que cuando algo es "de lo que no hay" resulta imposible encontrar recambios,.
Sabemos que "sin ir más lejos" no se llega nunca a ninguna parte.
Que el "mal de muchos" no es consuelo de tontos sino epidemia.
No es sano ni lógico tomarse las cosas "al pie de la letra", entre otras razones porque las letras no tienen pies, solo las fotos pueden presumir de ese privilegio y, para colmo, no tiene sentido que las titulen si resulta que "una imagen vale más que mil palabras". Malos tiempos para los pies.
Solo las hojas tienen "vuelta de ídem" pero si son perennes no pasan página.
"Las penas con pan" siguen siendo penas solo que encima no hay quien se haga un bocadillo con ellas ni se dejan mojar.
Los refranes también juegan a confundirnos: "Lo bueno, si breve…" lo que es es una putada.
A pesar de todo, mal que bien, "vamos tirando": ¿tirando de qué?
Puede parecer que el mundo está del revés, pero lo cierto es que lo está.
Nos hemos acostumbrado a que "se nos suba la sangre a la cabeza" y eso es malísimo, sobre todo si todavía no hemos sido capaces de digerir el mal trago.
Decimos que "la excepción confirma la regla", lo cierto es que la excepción de la regla lo que confirma es el embarazo.
"No todo es lo que parece", "no se crean nada de lo que oigan ni la mitad de lo que vean". No se dejen seducir por "la magia de las chisteras", los conejos no hacen sus madrigueras en los sombreros.
No se puede "hacer de tripas corazón". Literal no viene de litera y todo tiene un fin, por principio.
Si no nos tomáramos todo al pie de la letra "otro gallo nos cantaría". O no.